“La situación de nuestros médicos y personal sanitario sigue siendo dramática en Venezuela, pues han sido reportadas 12 recientes muertes como consecuencia del Covid-19, para un gran total de 614 fallecidos desde el comienzo de la pandemia”, alertó este viernes la representante de la Asamblea Nacional de Venezuela en Panamá, Fabiola Zavarce.
La cifra deriva del más reciente reporte de la ONG “Médicos Unidos de Venezuela”, quienes aseguran que con semejante cifra, 614 profesionales de la salud, perfectamente puede funcionar un hospital tipo III.
“Si esos trabajadores de la salud hubiesen contado con una vacuna oportunamente muy probablemente seguirían con vida. Pero mientras eso ocurre el proceso de vacunación en Venezuela es un arma de politización y de control social. Como muestra de ello podemos citar un hecho reciente, cuando un alcalde del estado fronterizo de Táchira, premió a los coordinadores políticos de la zona con vacunas, por su lealtad al régimen. ¡No podemos permitir que se siga jugando con la vida de los venezolanos”, enfatiza Zavarce.
En este momento, debido a la pésima gestión del régimen de Nicolás Maduro con respecto a la vacunación contra el Covid-19, Venezuela tan solo ha vacunado 2% de la población. Se trata del peor ritmo de vacunación de la región. A este ritmo, se necesitarían al menos 22.138 días para que se logre la meta de 70% de la población vacunada.
Hoy en día muchos venezolanos se ven obligados a pagar hasta 600 dólares por una vacuna contra el Covid-19 y eso se debe a la poca transparencia de la dictadura con respecto a un plan de vacunación.
Para la funcionaria, la transparencia no existe tampoco en este proceso: “El régimen no reporta cuántas vacunas recibe, tampoco cuantas se aplican al día. Todo es manejado con absoluto secretismo, respondiendo a los intereses del dictador por encima de la vida de millones de venezolanos”, dijo.
Nicolás Maduro es el único responsable de esta grave situación que atraviesa el pueblo venezolano. Ha decidido utilizar el dinero de los venezolanos para comprar lealtades en el mundo o para satisfacer sus caprichos, y no para salvar la vida de tantos venezolanos que mueren ante la falta de insumo de los hospitales y las pocas vacunas que han llegado. Venezuela necesita un plan de vacunación que responda a criterios científicos, que priorice al personal de salud y a los ciudadanos más vulnerables. Para ello, se requiere que la comunidad internacional presione al régimen para que abandone su soberbia y ponga por encima de todo la vida de los venezolanos.