No hubo milagro en Brasilia, pero la Seleçao dejó mucho que desear en su triunfo 3-0 ante una Venezuela castigada por el covid-19 y por lesiones, con jugadores de recambio que llegaron de urgencia al debut en la Copa América-2021, en una primera fecha que se completaba con el duelo entre Colombia y Ecuador, ambos por el Grupo B.
El anfitrión, amplio favorito a ganar el torneo por segunda vez consecutiva en su casa, recién abrió el marcador a los 23 minutos de juego por Marquinhos, Neymar amplió con un penal a los 64 y Gabigol cerró la cuenta sobre el final (89). Nada del otro mundo frente a un digno adversario que ya sin esos variados problemas es absolutamente inferior al quíntuple campeón mundial.
– Una Vinotinto que no defraudó –
Brasil, cómodo líder del premundial sudamericano y defensor del título de la Copa América, tenía la mesa servida para deglutirse el primer plato de la competencia continental, aunque para nada disfrutó de la frugal cena.
Los 15 jugadores venezolanos convocados de urgencia, tres del exterior y el resto locales, integraron el plantel que jugó en el estadio Mané Garrincha casi sin preparación, pero no desentonaron ante la potencia verdeamarilla, que puso en duda su invulnerabilidad en Sudamérica.
El técnico de Venezuela, el portugués José Peseiro, apenas pudo presentar un plantel de 21 jugadores contra los 28 autorizados por la Conmebol, pero fue competitiva y cumplió un muy digno papel.
– Polémica por la sede –
Además de los afectados en Venezuela, también se reportaron cuatro casos de coronavirus en Bolivia (tres futbolistas y un miembro del cuerpo técnico) y dos en Colombia, pero ninguno de ellos jugador.
El gigante latinoamericano acoge el torneo regional entre este domingo y el 10 de julio como el segundo país en el mundo con más muertos por el covid-19, casi 490.000, y bajo la advertencia de los expertos de que se aproxima una tercera ola de la pandemia.
El presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, fue la última carta que podía jugar la Conmebol para impedir una nueva suspensión del torneo selecciones más antiguo del mundo, como ocurrió en 2020.
Colombia, por las protestas sociales que dejan decenas de muertos, y días más tarde Argentina, por el recrudecimiento de la pandemia, se bajaron como anfitriones del campeonato que por primera vez en 105 años se iba a jugar en dos países.
Entrenadores y jugadores, incluido el plantel del anfitrión, criticaron que se haya elegido a Brasil como sede cuando se registran 17,3 millones de contagios, aunque el balón igualmente comenzará a rodar el domingo en la capital brasileña, donde se espera una manifestación contra la Copa.
En el día del comienzo del evento, la Conmebol difundió una carta pública defendiendo la realización de la Copa en Brasil en respuesta a los «cuestionamientos infundados».
«Con el concurso de un panel de expertos y en estrecha coordinación con las autoridades sanitarias de los 10 países, (la Conmebol) diseñó y aplicó con éxito rigurosas acciones y medidas sanitarias en todos sus torneos», señala la carta.
Y añadió que la decisión de realizar en Brasil la Copa América «no es caprichosa ni improvisada. En Brasil están en desarrollo torneos nacionales, estaduales y locales, así como las competiciones internacionales de la Conmebol y las Eliminatorias para la Copa del Mundo».
– Colombia-Ecuador, con la sombra de James –
«Me faltaron el respeto», lanzó James Rodríguez, el ídolo marginado de la selección Colombia, un día antes del debut de los cafeteros ante Ecuador en Cuiabá este domingo en el cierre del Grupo B.
El orientador deberá refrendar en la Copa América su fuerte apuesta de excluir a James, luego de lograr un espaldarazo en la reciente doble jornada de la clasificatoria sudamericana con un claro triunfo 3-0 ante Perú en Lima y una remontada con sabor a victoria frente a Argentina por 2-2, en ambos casos sin James.
Ecuador sigue tercero en el clasificatorio sudamericano, detrás del líder Brasil y de Argentina, pero perdió sus dos partidos de la última doble fecha y encendió luces de alarma entre los dirigidos por el argentino Gustavo Alfaro.