Gilmar Márquez, diputado por Voluntad Popular del legítimo Parlamento electo en 2015, denunció este martes la grave escasez de agua en el país, que obliga a los venezolanos a pagar altas sumas en dólares por cisternas o a recabar agua de lluvia y ríos.
Durante la sesión de la Comisión Delegada, el parlamentario indicó que la falta de agua que afecta a los hogares venezolanos no se debe a la sequía sino a la intervención de las hidrológicas estatales.
«Como el caso de Hidrolago, que fue burocratizada, pero que no atiende ni abastece el problema del agua a los zulianos y el caso de Aguas de Mérida, así sucesivamente en todo el país. El deterioro del servicio de agua es permanente, consecutivo y continuo», dijo.
El legislador de la tolda naranja rechazó que en plena pandemia el agua no exista, y cuando llega, no es apta para el consumo humano, razón por la cual los venezolanos deben buscar vías alternas para surtirse del líquido o para potabilizarlo.
«Deben abastecerse con agua de lluvia, ir a los ríos o pagar cisternas para tener agua en sus hogares, pero esto le cuesta dólares a los venezolanos, a las familias más vulnerables que se debaten entre comer o comprar agua», precisó Márquez.
Indicó que esto no debe convertirse en costumbre para los venezolanos. «Vemos la actitud del régimen que no le importa y pretende que los venezolanos resuelvan a su manera un servicio que es responsabilidad del Estado».
Márquez refirió que es necesaria la reunificación de esfuerzos para lograr la materialización de un cambio político que ofrezca calidad de vida a través de los servicios públicos.