La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, llamó el martes al Senado a aprobar una ley para regularizar de manera permanente a millones de extranjeros actualmente amparados de la deportación por disposiciones temporales, entre ellos los «soñadores».
«Es de vital importancia que proporcionemos un camino a la ciudadanía para brindar a estas personas una sensación de certeza y seguridad», dijo Harris, al agradecerles sus contribuciones al país en un evento por el aniversario del DACA.
El programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), anunciado el 15 de junio de 2012, fue la solución ejecutiva que encontró el entonces presidente Barack Obama para paliar el fracaso de la DREAM Act, no aprobada en 2010 por un Congreso dominado por los republicanos.
La «Ley de fomento para el progreso, alivio y educación para menores extranjeros», cuyo acrónimo en inglés es DREAM Act, dio origen al término DREAMers (soñadores), esto es, los inmigrantes llegados ilegalmente a Estados Unidos cuando eran niños, en su enorme mayoría procedentes de México.
Harris recordó que una nueva versión del DREAM Act, la «Ley del Sueño y la Promesa Estadounidense de 2021», ya fue aprobada por la Cámara de Representantes. «Hacemos un llamado al Senado para que haga lo mismo», dijo.
Pero el texto, adoptado el 18 de marzo por 228-197 en la Cámara Baja, donde los demócratas son mayoría, enfrenta un panorama complicado en la Cámara Alta, dividida 50-50 entre demócratas y republicanos.
Durante una audiencia más temprano en el Comité Judicial del Senado, los demócratas impulsaron la iniciativa, que cuenta con el apoyo firme del presidente Joe Biden.
«Es hora de permitir que estas personas finalmente se conviertan en ciudadanos estadounidenses», dijo el presidente del Comité, Dick Durbin.
Pero los senadores republicanos rechazaron aprobar el texto, que también abre un camino a la ciudadanía a los titulares del Estatus de Protección Temporal (TPS) y de la Salida Forzada Aplazada (DED), mayoritariamente latinoamericanos.
Estos dos mecanismos de amparo humanitario permiten residir y trabajar legalmente en Estados Unidos, por períodos renovables, a quienes por desastres naturales o crisis políticas en sus países de origen no puedan regresar de manera segura.
El republicano Chuck Grassley, miembro de más alto rango del Comité Judicial, cuestionó el alcance amplio del proyecto aprobado por la Cámara, y criticó que no incorpore medidas para la seguridad fronteriza.
Otros republicanos, como el senador Ted Cruz, también arremetieron contra la administración Biden-Harris por generar una «crisis» en la frontera con México y tildaron la iniciativa como una «amnistía masiva» para quienes ingresaron ilegalmente al país.
Unas 636.000 personas están actualmente acogidas al DACA, la mayor parte de México (81%), seguidos de El Salvador (4%), Guatemala (3%) y Honduras (2%).
Pero se calcula que los «soñadores» elegibles al DACA, parte de la población total de casi 11 millones de indocumentados estimada en el país, alcanzarían unos 2 millones.
Los titulares del TPS suman unos 320.000, mayoritariamente originarios de Centroamérica.