Argentina y Brasil ya dieron el primer paso para citarse en la esperada final de la Copa América-2021 en el legendario Maracaná el 10 de julio, a una fecha del cierre de una poca sorpresiva fase de grupos del torneo de selecciones más antiguo del mundo.
Pese a no disputar la penúltima jornada del Grupo A, el jueves, por descanso, la Albiceleste de Lionel Messi garantizó su paso a cuartos de final como primera o segunda de su zona, unas colocaciones que le evitan encontrarse a los pentacampeones del mundo en las dos rondas previas a la gran final en el Maracaná.
El viaje al templo carioca es la aspiración máxima del ’10’ para sacudirse de las cuatro finales perdidas con su país, tres en Copa América (2007, 2015 y 2016) y la del Mundial-2014.
El destino puede tenerle reservado una revancha de altura, protagonizar su ‘Maracanazo’. Pero la gesta aún se ve lejana, no sólo porque falta camino por andar y porque el equipo de Lionel Scaloni depende sustancialmente de él, sino porque el Brasil de su amigo Neymar parece no tener reversa.
Clasificada a cuartos desde la segunda jornada como líder del Grupo B, la ‘Seleçao’ lleva tres victorias en igual número de salidas, arrastra diez triunfos consecutivos entre juegos oficiales y amistosos, y está empecinada en obtener su décimo título de Copa América.
«Es una selección sólida, totalmente superior en Sudamérica», explica a la AFP Monique Danello, periodista del canal brasileño TNT Sports.
Los anfitriones apenas se ensuciaron en el juego contra Colombia, el miércoles en Rio, tras haber goleado a Venezuela y Perú. El domingo oficiarán de jueces del Grupo B y mirarán de reojo los partidos de la otra zona para dilucidar a su rival en la siguiente ronda, que hoy sería el Uruguay de Luis Suárez y Edinson Cavani.
– Pocas sorpresas –
La renuncia de los países invitados Catar y Australia por las embestidas de la pandemia obligó a modificar el formato del campeonato. A diferencia de los tradicionales tres grupos de cuatro participantes, se realizaron dos de cinco con las selecciones que disputan el premundial sudamericano.
De cada zona sólo una escuadra volverá a casa al término de la primera ronda. A falta de una fecha, Bolivia es la única eliminada. Perú, Ecuador y Venezuela -debilitada por un brote de covid-19 y lesiones que afectaron a sus referentes- lucharán el domingo por los dos cupos restantes del Grupo B.
«El formato de la competición, en este momento, no permite muchas sorpresas», explica Leonardo Bertozzi, comentarista de ESPN.
El especialista consideró normal que Bolivia ya esté eliminada del Grupo A, que comparte con Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay. La caída sigue la línea de las dos últimas participaciones coperas de la Verde, en las que también se despidió en la fase de grupos, y de su flojo desempeño en el clasificatorio sudamericano.
«Tal vez sería una sorpresa si Perú quedara eliminado, al haber sido subcampeón de la pasada Copa, pero no parece un escenario muy probable en este momento. Sorpresa sería que Brasil o Argentina quedaran fuera de la semifinal, o incluso si Brasil no llega a la final», agregó Bertozzi.
– Semillero y polémicas –
Aunque el adagio popular dice que las comparaciones son odiosas, la Copa América-2021, la cuarta que se realiza en seis años, ha sido colacionada con la Eurocopa que se lleva a cabo casi en simultáneo en once países del Viejo Continente.
Con campañas de vacunación más avanzadas, en Europa los hinchas volvieron al estadio, los campos lucen impecables y el VAR ya engranó. En Brasil, el segundo país del mundo con más muertos por covid-19 (más de medio millón), las gradas están vacías, las críticas de entrenadores y futbolistas apuntan al mal estado de las gramas y el videoarbitraje sigue siendo objeto de polémica.
Y en términos futbolísticos, las alarmas están encendidas en un torneo que solía ser una vitrina para exhibir nuevos talentos.
«Estamos perdiendo terreno», escribió el exgoleador Hernán Crespo en el diario argentino La Nación.
«Saquemos a Messi, quitemos a Neymar y no se ven muchas más huellas que representen nuestra historia. Nuestra gambeta, nuestro instinto y nuestra agresividad competitiva nos alcanzaba para igualar y hasta superar a los europeos. Hoy nos ha quedado la ferocidad competitiva», agregó.