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Atleta transgénero en Juegos Olímpicos: lo que se sabe sobre una supuesta “ventaja competitiva”

Los Juegos Olímpicos de Tokio, que comienzan el 23 de julio de 2021, tienen por primera vez a una atleta transgénero. La neozelandesa Laurel Hubbard, quien transitó del género masculino al femenino, competirá en la categoría femenina de levantamiento de pesas de más de 87 kilos. En redes sociales, cientos de usuarios cuestionan su participación mencionando una supuesta ventaja en relación a las mujeres cisgénero – aquellas que se identifican con su sexo biológico. Verificamos qué dicen el Comité Olímpico y especialistas al respecto.

“Dan asco y vergüenza las personas que celebran que un hombre pueda robarle el triunfo a una mujer en las olimpiadas, puesto que ‘la primera transgénero en participar en los juegos Olímpicos’ es el título que se le da a timar a las deportistas femeninas para que los deportistas masculinos mediocres prolonguen sus carreras”, escribió una usuaria en Facebook en relación a Laurel Hubbard (43), levantadora de pesas transgénero de Nueva Zelanda que competirá en la categoría femenina de halterofilia. Esto ha sido posible luego de que el Comité Olímpico Internacional (COI) comprobara que sus niveles de testosterona estaban dentro de lo permitido para dicho grupo.

“La decisión ha causado controversia: mientras sus críticos aseguran que tiene una ventaja que puede resultar injusta para las otras competidoras, hay quienes la respaldan abogando por una mayor inclusión en los Juegos”, publicó otro usuario junto a una fotografía de la atleta.

Los principales cuestionamientos que pudo observar la AFP en redes se concentran en que las mujeres trans mantendrían la carga hormonal masculina, lo que las llevaría a un mejor rendimiento debido a, por ejemplo, una mayor masa ósea y muscular.

Varias personas circulan frente a los anillos olímpicos en Tokio el 7 de julio de 2021 ( AFP / Kazuhiro Nogi)

¿Qué dice el COI?

En 2004 el COI aprobó un primer consenso sobre la participación de atletas trans en los Juegos Olímpicos. Entonces se determinó que los deportistas que habían transitado a otro género antes de la pubertad podrían competir en la categoría deseada sin restricciones.

Para quienes lo hicieron después de la pubertad, se exigían algunas condiciones: una cirugía de reasignación del sexo, que la autoridad competente reconozca legalmente su género, y someterse a terapia hormonal por el “tiempo suficiente” para “minimizar las ventajas relacionadas al género”, expresa el documento.

Para llegar a esos términos un grupo de médicos se reunió en Estocolmo para discutir cuál era el tiempo adecuado de la terapia hormonal durante la pubertad, si la influencia de la testosterona en la fuerza muscular desaparecería después de la terapia y cuánto debería durar el cambio hormonal en las mujeres.

En 2015 el COI actualizó sus directrices al respecto, dejando de exigir el reconocimiento legal y la cirugía. También se determinó que los atletas que hicieran la transición de género femenino a masculino podrían competir en la categoría deseada sin restricciones.

Sin embargo, en el caso de las mujeres trans – es decir, que transitaron de varón a mujer- como Hubbard, se exigió un tratamiento hormonal determinado: mantener el nivel de testosterona por debajo de 10 nanomoles por litro de sangre durante al menos 12 meses antes de su primera competencia y mientras dure el torneo.

¿Y los especialistas?

Si bien el primer consenso se publicó hace 17 años, los expertos señalan que aún faltan estudios sobre si existen o no ventajas en las mujeres trangénero sobre las mujeres cisgénero.

“Es posible, sí, que una mujer trans tenga ventajas sobre las mujeres cis en actividades deportivas. Pero para tener una valoración más fiel, se necesitan estudios que comparen a deportistas trans con deportistas cisgénero, y todavía no tenemos estos estudios”, dijo al equipo de verificación de la AFP la endocrinóloga Elaine Frade Costa.

Roberto Nahon, director de la Sociedad Brasileña de Medicina del Ejercicio y Deporte y excoordinador de Acciones Médicas del Comité Olímpico de Brasil (COB), explicó por qué no existen esos estudios.

Atletas kenianos entrenan para los Juegos Olímpicos de Tokio, en Nairobi el 19 de junio de 2021 ( AFP / Simon Maina)

Una de las formas para realizar estos análisis implicaría “tomar una población y someterla a un tratamiento. Tomar el mismo grupo, no realizarle un tratamiento y administrar un placebo. Esto en el papel es muy bonito, pero en la práctica es difícil, dada la cantidad de deportistas que tenemos en la población general”, explicó Nahon.

“Tenemos menos del 0,1% de atletas en deportes olímpicos. De éstos, ni el 0,1% está al nivel para disputar medallas a nivel internacional. Considerando la cantidad de personas trans, el N [tamaño de la muestra] para este tipo de estudio sería muy pequeño”, agregó.

Lo que ya se sabe, dijo Nahon, es que “una mujer transgénero tiene menos fuerza que la población masculina”.

De hecho, un metaanálisis publicado en marzo de 2021 por el British Journal of Sports Medicina indicó que las muejres transgénero presentan una reducción considerable de los niveles de masa corporal magra, área y fuerza muscular, y de niveles de hemoglobina tras someterse al tratamiento recomendado por el COI.

Después de cuatro meses de terapia hormonal, señala la publicación, las mujeres transgénero presentaron niveles de hemoglobina equivalentes a los de mujeres cis. Este parámetro es importante en deportes de resistencia, ya que determina el suministro de oxígeno a los tejidos.

“Estamos en un periodo en que ciertamente hay mucho por entender para llegar a un punto medio, para que no sea injusto para uno u otro lado”, dijo el excoordinador de Acciones Médicas del COB.

Por otro lado, varios estudios señalan que factores psicológicos y sociales pueden influir negativamente en los atletas transgénero, debido a la discriminación y falta de apoyo.

“Realmente existe esta discriminación”, comentó la endrocrinóloga Elaine Frade Costa, “hay un efecto psicológico que sin duda influirá en el desempeño de estas personas en el deporte”.

A raíz de la clasificación de Hubbard, la jefa del Comité Olímpico de Nueva Zelanda, Kereyn Smith, dijo que la levantadora de pesas cumple con todos los criterios del COI, y destacó: “Reconocemos que la identidad de género en el deporte es un tema muy delicado y complejo que requiere un equilibrio entre los derechos humanos y la justicia”.

El 17 de julio pasado, la delegación de Nueva Zelanda en los Juegos Olímpicos aseguró que está ayudando a Hubbard a lidiar con la presión y atención de los medios.