Kevin Cordón, el guatemalteco que jugará el lunes por la medalla de bronce en el torneo de bádminton, ha mostrado que, lejos de Asia, ese deporte también existe en Latinoamérica.
El jugador de 34 años le puso difíciles las cosas este domingo al número dos mundial, el danés Viktor Axelsen, que acabó ganando por 21-18 y 21-11, pasando muchos apuros en el primer set.
Cordón deberá jugar el lunes por la medalla de bronce contra el indonesio Anthony Sinisuka Ginting, uno de los muchos jugadores del circuito procedentes de Asia, el continente donde el bádminton goza de mayor popularidad.
«En Latinoamérica, no es fácil entrenar al bádminton. Todos estos jugadores (de Europa y Asia) tienen curiosidad sobre cómo jugamos», explicó este domingo Cordón, tras perder contra el jugador danés.
El guatemalteco, en sus cuartos Juegos, en los que presentaba como mejor tarjeta de presentación haber llegado a octavos de final en Londres-2012, sorprendió a los expertos de este deporte, al meterse en la lucha por las medallas.
– París-2024 –
Cordón había derrotado al surcoreano Kwanghee Heo en cuartos, un jugador que había dado la sorpresa en octavos al ganar al favorito al oro y número uno mundial, el japonés Kento Momota.
Antes de ganar en cuartos al surcoreano, Cordón se había impuesto al holandés Mark Caljouw en octavos y en dieciseisavos había vencido al noveno jugador del ránking mundial, Angus Ng Ka-long, de Hong Kong.
Mientras Kevin, bautizado así en nombre del exfutbolista inglés Kevin Keegan, estrella de los setenta y ochenta, ganaba partidos en Tokio, sus padres, como siempre no siguieron el encuentro de semifinales de su hijo, para evitar nervios.
El jugador afirma que sus progenitores no han visto nunca uno de sus encuentros.
«No siguieron tampoco mi semifinal. Después de que hice unos estiramientos, hablé con ellos. No hablamos sobre el partido. Simplemente me preguntaron cómo estaba, cómo iba todo por la Villa Olímpica», señaló.
Pese a sus 34 años, no cierra la puerta a participar en París-2024, que a sus 37 años serían sus quintos Juegos.
«Veremos (si compite en París). Para nosotros (los latinoamericanos) no es fácil. Tenemos que planificar bien, luchar, tener más apoyos. Si quiero tener un buen resultado, tengo que jugar muchos torneos frente a estos grandes jugadores. No es fácil. Espero poder tener este tipo de apoyo en nuestro país», explicó.
Cordón recordó a Pedro Yang, un exjugador de bádminton guatemalteco que estuvo en los Juegos de Atenas-2004, donde fue eliminado en dieciseisavos de final, y que le sirvió de inspiración.
«Pedro Yang es mi amigo. Vive ahora en Dinamarca. Cuando yo era un niño, él era el número uno en Guatemala. Estuvo en Atenas-2004 y me ayudó mucho», indicó.
– Fama en Guatemala –
«Juego al bádminton porque me gusta ganar partidos. No porque quiera convertirme en un héroe. Por supuesto, los niños y otra gente querrá jugar al bádminton, pero no pienso en ello. Solo quiero jugar al bádminton, y si tengo un buen resultado, espero que los niños también aprendan a jugar», dijo.
Cordón, tras este buen papel en los Juegos Olímpicos, comenzará a ser más conocido en su país.
«Poca gente (lo reconoce en Guatemala). Soy un deportista profesional. pero me gusta más sentirme un ser humano. Quiero ser primero persona y deportista después», afirmó Cordón.
El guatemalteco explicó que llegó a Tokio con la intención de disfrutar, tras no haberlo hecho en los pasados Juegos Olímpicos de Rio-2016.
«Después de los Juegos Olímpicos en Rio, era duro para mí volver y entrenar de nuevo, porque tenía un problema en mi rodilla. Cuando tuve la chance de clasificarme de nuevo, dije que era una nueva oportunidad de divertirme y de mostrar de lo que soy capaz», concluyó.
Y en estos Juegos Olímpicos, Cordón ha mostrado ampliamente de lo que es capaz. Seguramente, cuando vuelva a Guatemala, ya no pasará desapercibido.