Los inmigrantes capturados por la oficina de Aduana y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) en el mes de julio superaron los 200.000, un alza sin precedentes en dos décadas, según reportó la agencia el jueves.
“La gran mayoría de adultos solteros y muchas familias continúan siendo expulsados bajo la autoridad del Título 42”, dijo un alto funcionario de CBP en alusión a la medida de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) dispuesta en marzo de 2020 a raíz de la pandemia.
El total de 212.672 inmigrantes detenidos incluye a 82.966 miembros de núcleos familiares, de los que 18.962 son adolescentes y menores no acompañados.
Washington confirmó la semana pasada que continuará aplicando la medida preventiva por el COVID-19 de acuerdo a las orientaciones de los CDC.
Desde su llegada a la Casa Blanca, el presidente Joe Biden ha esquivado hablar de «crisis» al referirse a la frontera.
En su gran comparecencia ante los medios desde que asumió la presidencia, el 25 de marzo, Biden dijo que el alto flujo de llegadas irregulares a EE. UU. se debía a las condiciones favorables del clima a inicios de año, si bien no ha cesado con la entrada del verano.
«Pasa cada año, en esta época, hay un incremento significativo en la llegada de gente que viene a la frontera», señaló el mandatario demócrata.
La agencia fronteriza explicó que 154.288 personas entraron irregularmente por primera vez por la frontera suroeste. Los demás, fueron reincidentes.
Más del 52% de los retenidos son adultos solteros. Adicionalmente, más de 60.500 inmigrantes a los que el CBP no puede expulsar bajo el Título 42, se encuentran en un procedimiento de “deportación acelerada”.
Los republicanos culpan a la Casa Blanca del incesante flujo de inmigrantes irregulares tras revertir algunas de las duras políticas del antecesor de Biden, el exmandatario Donald Trump.
Con información de Voz de América