Tras un fuerte terremoto en Haití, que ha causado numerosos muertos, heridos y cuantiosos daños materiales, así comienzan las palabras del Papa, quien expresó su cercanía “a esas queridas personas que han sido duramente golpeadas por el terremoto”.
El Papa elevó sus “oraciones al Señor por las víctimas”, ofreciendo su palabra de aliento “a los supervivientes, con la esperanza de que la comunidad internacional muestre un interés compartido por ellos y que la solidaridad de todos pueda aliviar las consecuencias de la tragedia”.
Según el reporte del servicio geológico el seísmo fue de una magnitud de 7,2 en la escala de Richter y se registró en aguas cercanas a Haití con epicentro a unos 12 kilómetros al noreste de Saint-Louis du Sud. También hay una alarma de Tsunami. El país se vio afectado ayer por dos fuertes terremotos, de 7,2 y 6,6 de magnitud respectivamente. De momento, el balance es de más de 300 muertos y unos 2.000 heridos, pero las cifras crecen por momentos.