Unos 600 bomberos lograron controlar este martes un incendio que comenzó la víspera en la región turística del Algarve, al sur de Portugal, y que devastó unas 9.000 hectáreas de arboleda.
Unas 80 personas tuvieron que ser evacuadas, y uno de los bomberos sufrió quemaduras y tuvo que ser hospitalizado, indicó a la AFP un portavoz del comando regional de la protección civil.
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El fuego brotó el lunes temprano en la localidad de Castro Marim, cerca de la frontera con España.
Según los medios locales, el incendio destruyó una explotación agrícola situada en colinas repletas de vegetación y árboles frutales.
Las llamas avanzaron hacia el sur, en dirección a la costa, lo que obligó a las autoridades a cortar la circulación en la autopista que cruza el Algarve de este a oeste.
La circulación en esta autopista fue restablecida el martes a media jornada, pero los bomberos, apoyados por unos 200 vehículos y ocho aviones o helicópteros, tuvieron que luchar bajo condiciones meteorológicas «preocupantes», indicó Marques.
El lunes el gobierno portugués decidió prolongar por 48 horas el estado de alerta contra los incendios decretado el viernes en la mayor parte del territorio.
En la vecina España, el incendio que se declaró en Navalacruz, en la provincia de Ávila (centro-oeste) seguía activo pero su evolución era considerada «favorable». El fuego quemó 12.000 hectáreas y causó la evacuación de un millar de personas.
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Los incendios se multiplican en todo el mundo y en los últimos días han castigado a Grecia, Turquía y Argelia. Estos fuegos están asociados a diversos fenómenos previstos por los científicos debido al calentamiento global.
Portugal, azotado en 2017 por los incendios forestales más mortíferos de su historia, había conocido hasta ahora un verano relativamente tranquilo y sin fuegos.
AFP