La justicia española ordenó el jueves levantar el toque de queda que regía en Barcelona y parte de la turística región de Cataluña entre la 1 y las 6 de la mañana y que quedará limitado a los 19 municipios con mayor incidencia de covid.
«Las medidas propuestas no se justifican tanto en razones sanitarias, como en motivos de seguridad o de orden público», escribió el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) para explicar su negativa al gobierno regional, que había solicitado prorrogar en 148 municipios esta medida en vigor desde mitad de julio una semana más.
El Tribunal extiende, sin embargo, las limitaciones de diez personas a las reuniones públicas o privadas y las restricciones en actos religiosos.
El gobierno catalán «lamenta que una vez más los jueces hagan de epidemiólogos», reaccionó en un breve comunicado, y anunció estar valorando alternativas.
Sí podrán continuar las limitaciones horarias al ocio nocturno, sobre las que el TSJC no fue interpelado ni se pronuncia en el auto.
Golpeada de lleno por la quinta ola de la pandemia, Cataluña solicitó a mitad de julio el restablecimiento del toque de queda que había dejado de aplicarse en España a comienzos de mayo. Con los contagios disparados -especialmente entre los jóvenes, en su mayoría todavía sin vacunar-, la justicia autorizó entonces la medida, que entró en efecto en la madrugada del 17 de julio.
La restricción se aplicó inicialmente a 161 municipios, incluida Barcelona, con una incidencia superior a los 400 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos siete días.
El impacto de las restricciones adoptadas entonces -que incluyeron también el cierre del ocio nocturno en espacios interiores o la limitación de las reuniones, todavía vigentes-, junto al buen ritmo de vacunación permitieron bajar la incidencia, que en la ciudad de Barcelona era el miércoles de 130,58 casos por 100.000 habitantes en siete días, según los últimos datos del gobierno regional.
El toque de queda se había prorrogado ya en tres ocasiones, ajustando los parámetros. Ahora dejará de tener vigencia no solo en Barcelona y las ciudades más pobladas de esta visitada región de 7,8 millones de habitantes, sino también en grandes puntos turísticos de su costa como Lloret de Mar, Salou o Cambrils.
– Lucha contra el ‘botellón’ –
En su última petición, el gobierno catalán pretendía bajar de nuevo el umbral de incidencia a 125 casos por 100.000 habitantes a siete días para mantener la medida y tratar de combatir así problemas como el de los «botellones» nocturnos, cuando grupos, generalmente de jóvenes, se reúnen a beber en espacios públicos.
Estos «botellones» están muy extendidos en zonas turísticas ante el cierre de los locales interiores de ocio, pero la Justicia no ha visto justificado mantener el toque de queda en los municipios con menos de 250 casos por 100.000 habitantes, desoyendo el clamor de muchos alcaldes que no saben como frenarlos.
Ante la avalancha de casos en julio, el sistema catalán de salud llegó a suspender las intervenciones no urgentes en sus hospitales y se planteó reducir las vacaciones del personal.
Pese a la mejora de las cifras, Cataluña sigue presentando la mayor tasa de ocupación de camas de cuidados intensivos por pacientes covid de España (42%), doblando la media nacional, según los datos del Ministerio de Sanidad.
La incidencia -que a nivel nacional se calcula a 14 días- es de 328,72 casos en esta región, algo por debajo de la media nacional de 378,13 casos por 100.000 habitantes, de acuerdo a los últimos datos.
España tiene en estos momentos al 64,1% de la población totalmente vacunada, por encima de la media de la Unión Europea (55,5%) y sólo superada en el bloque por tres países más pequeños: Malta (79%) y Bélgica y Portugal (66,6%), según un recuento de la AFP.
Con información de AFP