Este lunes, el doctor José Antonio Cisneros indicó que el pronóstico de que más de cien mil estadounidenses puedan morir por COVID-19 entre los próximos cuatro meses, se debería a la «bioestadística», de una determinada epidemia.
Explicó que con esto último pueden hacer una examen de «extrapoblación», es decir, «llevar a un punto calculado, sobre la base de la tendencia de lo que está pasando. Si la curva de crecimiento de nuevos casos, de nuevas hospitalizaciones y de muertos siguen como van, es perfectamente razonable pensar que en un mes van tener tantos números de muertos».
«Es una proyección de las cifras que ya estamos observando», precisó.
El ingeniero también detalló que actualmente las personas no solo no se quieren vacunar, sino que tampoco quieren usar el tapabocas ni permitir que las escuelas obliguen a los niños usarlos.
«Estamos llegando a un nivel de contradicción social que raya en la locura colectiva. Se ha transformado esto en un proceso muy lejano», apuntó.
Asimismo, el especialista precisó que, en estos momentos, «cada día las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) están llegando a su límite, a su capacidad máxima. ¿Tú sabes que va a pasar cuando eso pase? Van a haber pacientes que van a morir, no de COVID, sino de no poder encontrar una cama donde atender sus problemas de cualquier índole».
«Tenemos salas de UCI pediátricos llenos de casos de adultos y casos de UCI llenó de niños. Eso no se veía antes», advirtió.
Dentro de este orden de ideas, Cisneros destacó la participación de información a través de los medios de comunicación, y lamentó que «la gente sigue perfectamente hermética a estas opiniones y siguen manteniendo estas teorías loquísimas que hay sobre la vacuna y sobre el COVID».
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