El avión en el que la selección alemana de fútbol regresaba tras jugar en Islandia tuvo que aterrizar de manera inesperada en Edimburgo por un «problema en el generador eléctrico», señaló la compañía aérea que gestionó el vuelo este jueves.
El aparato, que tenía que volar de manera directa entre Reykjavik y Fráncfort, lo gestionaba la compañía chárter lituana KlasJet.
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«Conforme al protocolo de seguridad de Boeing y de la compañía, el equipo decidió ir al aeropuerto más cercano», señaló un portavoz de KlasJet a la agencia deportiva alemana SID (filial de la AFP), «para asegurar que los pasajeros no se expusieran a un riesgo más elevado».
Según una primera investigación preliminar interna, esta decisión fue considerada «justificada y conforme a la reglamentación». El aterrizaje se llevó a cabo sin ningún contratiempo.
«No hubo nada espectacular y no fue un aterrizaje de emergencia», señaló el copresidente interino de la Federación Alemana de Fútbol (DFB) Rainer Koch.
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«No escuchamos hablar de un problema técnico. Podíamos haber tenido miedo, pero solo nos dijeron justo antes del aterrizaje que íbamos a hacer una escala para una operación de mantenimiento. A mí me sorprendió ver de pronto las casas tan cerca», añadió.
Alemania jugó y ganó 4-0 el miércoles a Islandia en un partido de clasificación para el Mundial de Catar-2022.
Según la federación un avión despegó de Alemania este jueves con destino a Edimburgo para repatriar a la delegación.
El capitán de la selección Manuel Neuer, Serge Gnabry y Joshua Kimmich, los tres del Bayern Múnich, no estaban en el aparato porque habían previsto tomar un avión directo a Múnich este jueves.