Evitar consumir alimentos de origen animal es cada vez más común y accesible en distintas partes del mundo. Según Mariana Cortez, venezolana y dueña de Bunnie Cakes (@msbunniecakes), una pastelería vegana ubicada en Miami, Estados Unidos, el veganismo es un estilo de vida que ha tomado relevancia en el último tiempo y que hace 12 años, cuando comenzó su negocio, pocos conocían.
Bunnie Cakes nace a partir de la necesidad de conseguir alimentos aptos para una dieta libre de lactosa y caseína, pues en 2006 Mariana dio a luz a su primer hijo quien resultó alérgico a estos componentes. “Pasamos por varias etapas de descubrir cómo alimentar a Luke y como tratarle esa alergia a la proteína de la leche”, cuenta Mariana Cortez en una entrevista para El Pitazo.
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Fue en su segundo cumpleaños, cuando después de una larga búsqueda de pasteles que se adaptaran a la dieta de su hijo, Mariana decidió hacer su propia mezcla. El esfuerzo no fue en vano, la torta se transformó en un éxito y marcó el inicio de su nuevo proyecto. “Me di cuenta de que había un hueco en el mercado, porque en ese momento no existían reposterías veganas en Miami”, afirma Cortez.
Mariana salió de Venezuela en 2002 con la idea de aprender inglés en el extranjero, pero su estadía se alargó debido a los eventos del 11 de abril de ese mismo año. Pese a graduarse como licenciada en Comunicación Social de la Universidad de Florida (FU) y trabajar durante tres años en una productora independiente, aquel pastel vegano que hizo para el cumpleaños de Luke marcó un antes y un después en su vida.
Tras dejar su trabajo, Mariana comenzó a preparar ponquesitos desde la cocina de su casa para abrir una empresa. “Se me hizo difícil porque había paradigmas ya establecidos. Soy una mujer, venía con tres hijos (…) el mercado latino en ese momento no estaba muy educado acerca del veganismo (…) el plan de negocio era bastante riesgoso”. En principio, se encargó de distribuir sus postres a más de 30 locales en Miami, siempre con la idea de abrir un espacio al público.
El lema de Bunnie Cakes es: “Un corazón con cada cupcake”. En efecto, cada ponqué viene decorado con un pequeño corazón rosado en el tope, que simboliza el empeño de Mariana y sus empleados en cada preparación. “Literalmente, he puesto mi corazón los últimos 12 años de mi vida en esa compañía, para crecer y dar oportunidad de trabajo a las personas que están conmigo”, remarca la venezolana.
El secreto de su negocio es ofrecer productos deliciosos que rompan los estereotipos que existen alrededor de la dieta vegana. “Tendemos a asociar algo vegano con algo seco, feo, saludable, pero no rico”, asevera Mariana. El producto estrella son los mini cupcakes, que se ofrecen en más de 15 sabores. Los favoritos y que más se venden son de parchita, dulce de leche y guayaba. “Me recuerda a mis sabores de la infancia y me recuerda mucho a mi abuela”.
La mezcla base para sus preparaciones proviene de una receta familiar. “Desde pequeña vi a mi mamá y a mi abuela cocinar y hacer los postres más ricos del mundo (…) No tengo ningún tipo de formación académica sino, la experiencia familiar y mi pasión por los postres”, asegura Mariana. A pesar de tener 19 años fuera de Venezuela, se enorgullece de su nacionalidad, mientras recuerda con cariño las playas, los sabores y la cercanía característica del venezolano.
“Cuando sigues tu corazón y de verdad pones los pies sobre la tierra (…) es clave para ir creciendo en el camino”, asegura Cortez. Luego de doce años en el mercado, Bunnie Cakes tiene dos tiendas en Miami, distribuye sus productos en la cadena estadounidense de supermercados Whole Foods y cuenta con quince empleados. “Ha sido una tarea ardua con muchos retos en el camino, pero creo que siguiendo mi corazón, mi pasión, lo que verdaderamente me llena el alma… he convertido mi producto y mi mensaje de empoderamiento en realidad”.
Nota de El Pitazo