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Corte Suprema de EEUU cuestiona que el gobierno apele al «secreto» en torturas posteriores al 9/11

Los jueces de la Corte Suprema de Estados Unidos cuestionaron este miércoles que el gobierno se niegue a confirmar que la CIA torturó a un presunto detenido de Al Qaida en Polonia, a pesar de la amplia información pública que hace que la postura del gobierno sea «ridícula», como la calificó una jueza.

También cuestionaron por qué el detenido Abu Zubaydah, un palestino nacido en Arabia Saudí, permanece incomunicado en la prisión militar estadounidense en la bahía de Guantánamo, Cuba, sin haber sido acusado después de casi dos décadas bajo custodia estadounidense.

En un caso que se enfocó en «secretos de Estado», Abu Zubaydah, de 50 años, busca que el tribunal superior de Estados Unidos obligue a dos psicólogos que dirigieron los brutales interrogatorios de la CIA a testificar en su caso contra Polonia, donde se encontraba detenido en 2002-2003 como presunto funcionario de alto nivel de Al Qaida involucrado en los ataques del 11 de septiembre de 2001.

Un informe de 2014 del Senado de Estados Unidos y declaraciones de funcionarios polacos han documentado la tortura y el lugar donde sucedió.

El abogado de Abu Zubaydah, David Klein, quiere que los dos psicólogos, ambos excontratistas de la CIA, confirmen detalles del trato que recibió y la ubicación del lugar de los hechos.

Pero la CIA y el Departamento de Justicia de Estados Unidos argumentaron que el «privilegio de los secretos de Estado» les permite bloquear el testimonio para proteger la información relacionada con la seguridad nacional, incluida la cooperación de Polonia con la CIA.

Los socios de inteligencia de Estados Unidos verán el testimonio de los dos psicólogos «como un grave abuso de confianza», lo que dificultará la obtención de una mayor cooperación en el futuro, argumentó el abogado del gobierno Brian Fletcher.

Sin embargo, los jueces cuestionaron este argumento, argumentando que la información ya era pública y difícilmente un secreto de Estado, incluso si la CIA se niega a confirmarla.

Además, los dos psicólogos, James Mitchell y Bruce Jessen, ya han testificado sobre aspectos del programa de interrogatorios en otros dos lugares, incluido un caso de Guantánamo.

«En cierto punto se vuelve un poco ridículo», calificó la jueza Elena Kagan sobre la apelación al secreto de Estado.

«Si todo el mundo sabe cuál es este secreto, creo que deberíamos cambiarle el nombre», propuso.

Al mismo tiempo, los jueces le preguntaron a Klein por qué necesita el testimonio si lo que sucedió ya no es secreto.

«Estamos buscando testimonios de testigos presenciales (…) Quiero traer eso a la luz», dijo sobre el programa de tortura.

Abu Zubaydah, cuyo nombre completo es Zayn Al Abidin Muhammad Husayn, fue el primero de varios detenidos sometidos al llamado «interrogatorio mejorado» de la CIA a raíz del 11 de septiembre.

Lo sumergieron 83 veces en agua, según el informe del Senado, y sufrió otros abusos físicos.

Fue enviado a Guantánamo en 2006 y nunca fue acusado. El informe del Senado dijo que la CIA admitió que él nunca fue miembro de Al Qaida y que no participó en la planificación de los ataques del 11 de septiembre.

Los tribunales estadounidenses han rechazado sus peticiones de hábeas corpus desde entonces, y el sistema de justicia militar estadounidense se ha negado a liberarlo, por lo que en 2010 puso una demanda en Polonia para responsabilizar al gobierno de ese país por el trato que recibe.

El juez Neil Gorsuch cuestionó por qué Abu Zubaydah no puede testificar sobre su trato, bloqueado por las regulaciones de Guantánamo.

«¿Cuál es la objeción del gobierno a que el testigo testifique sobre su propio comportamiento?», preguntó Gorsuch.

«No entiendo por qué sigue allí después de 14 años», agregó el juez Stephen Breyer.

Alka Pradhan, abogada de otro detenido de Guantánamo, dijo que el testimonio de los psicólogos es necesario.

La sugerencia de que Abu Zubaydah testifique en lugar de ellos «muestra una falta de comprensión sobre los efectos de la tortura», escribió en Twitter.

«Como víctima de tortura, no se puede confiar en la memoria de AZ en lugar de otros testimonios o informes precisos», aseguró.

Con información de AFP