El Atalanta se adelantó en los primeros compases. Zappacosta recibía en el minuto 15 un envío largo cerca del área y posteriormente conseguía poner un centro raso para que Pasalic metiera el pie y perforara la red defendida por De Gea. Los italianos ya habían cazado a su presa y querían seguir machacándola.
Parecía que el United había encajado bien el golpe, habían adelantado metros y estaban consiguiendo enlazar en zona de tres cuartos. Pero los errores de bulto de la defensa red pronto los condenarían. Koopmeiners ejecutaba un saque de esquina, encontró a Demiral y este puso el segundo en el 29′ con un buen cabezazo.
La segunda parte apuntaba a goleada histórica, pero el United aún no se daba por muerto. Salieron muy enchufados y las ocasiones no pararon de sucederse. Y ahí es cuando apareció la magia de Bruno Fernandes, se sacó una asistencia de escándalo para que Rashford definiera con total tranquilidad.
Recortaba distancias el United en el 53′, pero no llegaría el empate hasta el minuto 75. Maguire aprovechaba un error de la defensa italiana, el balón se paseaba y le cayó en el segundo palo, para que de primeras la mandara al fondo de la red.