Miles de migrantes se dieron cita el lunes en el estadio de futbol de Tapachula, cerca de la frontera con Guatemala, ante la posibilidad de que las autoridades mexicanas les trasladaran desde esta localidad del sur de México hasta otros puntos para poder agilizar los trámites para regularizar su situación en el país.
“Nos dijeron que viniéramos de allá, de Migración, para acá y nada, mira cómo estamos abajo del sol”, dijo la cubana Roxana Águila en las afueras del estado mientras esperaba junto con sus padres y una bebé de tres años. Según explicó, su familia acudió el lunes a las oficinas del Instituto Nacional de Migración (INM) y le dijeron que había una opción de ser trasladados en autobuses a otras zonas del país para acelerar toda la burocracia pero a primera hora de la tarde, y ya esperando en el estadio, todavía no sabían qué iba a pasar.
“Supuestamente acá iban a salir no sé cuantos autobuses, 40 u 80 autobuses, hasta la Ciudad de México”, expresó David Perozo Manríquez, de Venezuela, que todavía no ha podido iniciar sus trámites de refugio pero confiaba en hacerlo desde la capital.
Las autoridades no han informado públicamente de sus intenciones y el INM no contestó de forma inmediata a una solicitud de comentario por parte de AP pero sus agentes intentaban organizar a los migrantes en el estadio para mantener el orden mientras elementos del ejército y la Guardia Nacional resguardaban la zona.
El gobierno mexicano está intentando recientemente agilizar los trámites migratorios sobre todo para descongestionar Tapachula, un cuello de botella donde decenas de miles de migrantes se han quedado varados y donde ha ido creciendo la tensión y la frustración por la falta de respuesta oficial y la falta de empleos.
Aquí, la Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiado (COMAR) ha recibido este año más de 74.000 solicitudes de refugio de las 108.000 registradas en todo el país en un año que ya se sabe batirá todos los récords. En todo 2019 se recibieron 45.700 en Tapachula y poco más de 70.000 en todo México.
Esta gran presión en una ciudad donde no hay empleo hizo que muchos salieran en caravanas caminando hacia el norte. Actualmente hay dos en movimiento, una en el estado de Veracruz y otra en Chiapas.
Además, un enorme grupo de haitianos — la nacionalidad que acumula casi 38.000 solicitudes de refugio— se trasladaron en septiembre hasta la frontera con Texas, donde levantaron un campamento de más de 14.000 personas, ya en territorio estadounidense, que puso en jaque a los dos gobiernos.
Las agencias de la ONU han urgido a México a que habilite alternativas al asilo para descongestionar el sistema de refugio que se encuentra desbordado y el INM, a raíz de la salida en octubre de la caravana más grande de los últimos años — la que está ahora en Veracruz con menos de un millar de personas pero que llegó a sumar unos 4.000— ofreció a muchos migrantes la posibilidad de ser trasladados a otros estados del país para regularizarse en oficinas que tienen menos trabajo.
Algunos migrantes desconfían de estas ofertas pero en Tapachula muchos se animaron al ver una posibilidad de salir de la ciudad y unos 3.000 migrantes se congregaron en el estadio, unos con hijos en brazos, otros con bolsas y maletas haciendo fila con la esperanza de poder acceder a uno de los traslados.
La COMAR, que después de la crisis en la frontera con Texas abrió en este recinto unas oficinas provisionales para acelerar la gestión de citas, decidió suspender el lunes a la espera de ser informados por el INM sobre los supuestos traslados, dijo Alma Cruz, la delegada de esta oficina en Chiapas.
Voz de América