Boris Johnson y su esposa anunciaron el jueves el nacimiento de una niña, segundo hijo de la pareja, en una semana política especialmente conflictiva para el primer ministro británico.
«El primer ministro y la señora Johnson están encantados de anunciar el nacimiento de una niña con buena salud hoy en un hospital de Londres», afirmó una portavoz de la pareja.
«Tanto la madre como la hija se encuentran muy bien», añadió. «La pareja quiere dar las gracias al brillante equipo de la maternidad por todos sus cuidados y apoyo», agregó.
Carrie Symonds, de 33 años, ahora Carrie Johnson, ya es mamá junto al primer ministro británico de un niño, Wilfred Lawrie Nicholas Johnson, nacido a finales de abril de 2020.
Esta niña es el séptimo hijo de Johnson, de 57 años, que tuvo cuatro con su primera esposa y tiene otra hija de una relación extramatrimonial.
El nacimiento llega en una semana muy complicada para el líder conservador británico.
Desde hace varios días se acumulan las revelaciones en los periódicos sobre supuestas fiestas que se celebraron en Downing Street en noviembre y diciembre del año pasado en pleno confinamiento, cuando los británicos se vieron privados de la posibilidad de ver a sus familiares o de celebrar la Navidad debido a las restricciones por la pandemia.
Ridiculizado por la prensa y vilipendiado dentro de su propio partido, la credibilidad de Johnson quedó además en entredicho al introducir el miércoles nuevas restricciones contra la variante ómicron del coronavirus.
El jueves también se le pidieron cuentas por la lujosa renovación de su apartamento oficial en Downing Street, donde vive con Carrie y su hijo, financiada con una donación privada.
La Comisión Electoral, organismo regulador de las cuentas de las formaciones políticas, multó al Partido Conservador de Johnson con 16.250 libras esterlinas (21.500 dólares, 19.000 euros) por no haber declarado el importe íntegro de una donación de 67.800 libras recibida en octubre de 2020 de la empresa Huntswood Associates Limited para financiar la renovación, y con 1.550 libras esterlinas por no llevar una contabilidad adecuada.
Atacado por la oposición por este caso, Johnson aseguró en abril ante el Parlamento que había «pagado personalmente la renovación», sin precisar que había recibido una donación que posteriormente reembolsó. También aseguró que había respetado todas las normas.
AFP