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Fiscalía de EEUU concluye su caso contra Ghislaine Maxwell en juicio por tráfico sexual

La Fiscalía estadounidense terminó de presentar el viernes su caso en el juicio por tráfico sexual contra Ghislaine Maxwell, cuya defensa ahora pasará a argumentar que la «socialité» británica no recrutó ni abusó sexualmente a niñas con el fallecido multimillonario Jeffrey Epstein.

El juicio de alto perfil ha avanado más rápido de lo anticipado, puesto que el gobierno presentó su caso solo diez días después de que comenzara a interrogar testigos.

El fiscal buscó mostrar a Maxwell, expareja y amiga de Epstein, como su cómplice en la captación de menores para satisfacción sexual del magnate, quien se suicidó hace dos años mientras aguardaba juicio en la cárcel por los mismos hechos.

La «socialité» británica de 59 años se declaró no culpable de los seis cargos que pesan sobre ella.

El gobierno cerró con el testimonio de su cuarta y final acusadora, Annie Farmer, actualmente de 42 años, quien acusó a Maxwell el viernes de haberle acariciado los senos durante un masaje cuando ella era una adolescente, en una finca de Epstein.

Se espera que el juicio se reanude el jueves de la próxima semana.

 

– «No quería estar sola con él» –

 

Farmer contó que conoció a Epstein en un viaje a Nueva York para visitar a su hermana María que trabajaba para Epstein.

Epstein, dijo, le compró un billete de avión para que visitara a su hermana en Manhattan en diciembre de 1995 y quería ayudarla con sus estudios.

Aseguró que lo vio en dos ocasiones. La primera vez, en su casa de Manhattan. «Parecía muy agradable y con los pies en la tierra», recordó.

Junto con su hermana, los tres tomaron champán y después se fueron a ver el «Fantasma de la Ópera». Después fueron al cine y ahí el multimillonario empezó a «acariciarle» la mano, un pie y una pierna, contó.

«Me puse muy nerviosa», dijo. «Me dolía el estómago», pero no le dijo nada a su hermana porque temía por su trabajo.

En abril del año siguiente, la invitaron a ir al rancho que Epstein tenía en Nuevo México para pasar unos día con él y Maxwell.

Aseguró que «no quería estar sola con él» pero pensó que como Maxwell era su pareja, no volvería a hacer lo que hizo.

Estar con ellos «me hacía sentirme especial», confesó. Después, el esquema se volvió a repetir según lo que han relatado otras víctimas: fueron de compras con Maxwell.

 

– «Helada» –

 

También fueron al cine con Epstein y él empezó a acariciarla de nuevo. Esa vez fue «descarado» y «durante toda la película».

Después, Maxwell le pidió que le diera a Epstein un masaje. «Me sentí muy incómoda», aseguró.

Más tarde, la «socialite» le dijo que «le encantaría darme un masaje».

Solo cubierta por una sábana en la camilla de masajes, Maxwell la retiró y empezó a acariciarle los senos. «Me quedé helada. Lo único que quería era bajarme de la camilla».

Según Farmer, Epstein no estaba presente pero la puerta estaba abierta y «tenía la sensación de que me estaba viendo».

Al día siguiente, aseguró, el multimillonario se metió en su cama y ella se encerró en el baño esperando a que se marchara. «Lo único que quería es que se acabara el fin de semana», dijo.

Farmer recibió 1,5 millones de dólares del fondo de víctimas de Epstein por lo que su presencia en el juicio no está motivada por dinero, aseguró.

Otras testigos que han pasado por la sala del tribunal aseguraron que tenían 14 años cuando supuestamente Maxwell empezó a captarlas para que le dieran masajes a Epstein, que luego terminaron en relaciones sexuales.

La testigo «Carolyn» dijo que había visitado la casa de Epstein en Palm Beach (Florida) más de cien veces entre los 14 y 18 años.

Maxwell, hija del que fuera magnate de la prensa británica Robert Maxwell, se enfrenta a una condena perpetua si el jurado la halla culpable de los cargos que se le acusan.

AFP