Científicos de la NASA han revelado que el agujero negro situado en el centro de la Vía Láctea tiene una “fuga”.
Una especie de “chorro” está siendo emitido periódicamente por Sagitario A*, como se llama el agujero negro en el centro de nuestra galaxia, que según los astrónomos es parecido a “un soplete” y que se dirige al espacio a través de esa fuga, “quizás una vez cada miles de años”.
Se cree que el agujero negro ‘eructa’ este chorro cada vez que traga algo fuerte como una nube de gas, y luego el chorro golpea una enorme nube de hidrógeno.
La nueva investigación fue dirigida por el profesor Gerald Cecil de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, quien reunió observaciones de múltiples longitudes de onda de una variedad de telescopios “como un rompecabezas”.
Los datos se tomaron de dos de los telescopios de la NASA, Hubble y Chandra, así como de los radiotelescopios de ALMA en el desierto de Atacama de Chile y el Very Large Array (VLA) en Nuevo México.
Hubble aún no ha fotografiado el jet, por lo que se refiere a él como un ‘jet fantasma’.
Según la NASA ese material que se mueve hacia el agujero negro es arrastrado hacia los chorros que salen.
La agencia describe los chorros como “haces de luz de búsqueda” estrechos que van acompañados de una avalancha de radiación ionizante mortal.
Cuando el chorro choca contra la nube de hidrógeno cercana, el flujo de salida se dispersa en ‘zarcillos parecidos a pulpos’ que continúan a lo largo de una trayectoria fuera de nuestra galaxia.
“Las corrientes se filtran fuera del disco de gas denso de la Vía Láctea”, dijo el coautor Alex Wagner de la Universidad de Tsukuba en Japón.
“El chorro diverge de un rayo de lápiz en zarcillos, como el de un pulpo”, agregó.
En el estudio, el profesor Cecil y sus colegas ejecutaron modelos de supercomputadoras de flujos de salida de chorros en un disco de la Vía Láctea simulado, que reproducía las observaciones.
“Como en la arqueología, cavas y cavas para encontrar artefactos cada vez más antiguos hasta que encuentras restos de una gran civilización”, dijo.
A medida que el chorro sopla a través del gas hidrógeno, golpea el material cósmico, lo que crea una serie de burbujas en expansión que se extienden hasta al menos 500 años luz.