El alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, alertó este lunes de que la urgencia de gestionar diferentes crisis a lo largo de 2021 no ha permitido abordar adecuadamente problemas más a largo plazo.
“Estar en modo de gestión de crisis permanente a veces ha debilitado nuestra capacidad para abordar problemas transversales a más largo plazo”, indicó Borrell en una entrada en su blog en la que pasa revista al año que concluye.
Para el jefe de la diplomacia comunitaria, 2021 puede definirse como “un año de transiciones”, en el que “los cambios geopolíticos se han intensificado y las políticas de poder desafían repetidamente a la UE y sus valores”.
Por todo ello, consideró que la UE debe “responder con toda la determinación que podamos”.
Entre las principales crisis que menciona, se encuentra en primer lugar la pandemia de coronavirus pero, además, la situación en Bielorrusia, Ucrania, Malí, Sudán, Afganistán, Etiopía y Venezuela.
Lamentó que no hayan dejado más espacio en la agenda internacional a la UE para “revitalizar el multilateralismo” o “manejar la migración de manera equilibrada, las crisis energética y climática o las reglas para la transición digital”.
“A medida que proliferan los conflictos híbridos, debemos seguir respaldando a Ucrania o Moldavia para resistir la presión de Rusia y mantener un enfoque inquebrantable hacia Bielorrusia”, afirmó Borrell, a la vez que recordó que la UE ya ha aprobado el quinto paquete de sanciones contra el régimen del presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, por haber instrumentalizado a migrantes en la frontera exterior europea.
Por lo que respecta a África, Borrell destacó el “deterioro general” de la situación en el Sahel y la guerra civil en Etiopía, que “adquirió una dimensión dramática”, en tanto que sobre el conflicto en Libia, afirmó que la situación “parece haberse estabilizado”.