El régimen de Nicolás Maduro aseguró que la explosión en un ducto de combustible en Anzoátegui, que dejó tres personas heridas; se trató de un «nuevo sabotaje», para buscar atentar y boicotear el sistema de producción, distribución y comercialización de combustible.
«Han sido desplegados todos los equipos de PDVSA en el sitio del siniestro para (…) garantizar, de manera inmediata y en tiempo récord, la restitución operacional de la infraestructura atacada y evitar la interrupción del servicio de distribución de combustible», indicó el régimen a través de un comunicado.
Organizaciones sindicales y dirigentes de oposición denuncian frecuentes accidentes en instalaciones de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), que la administración de Maduro suele vincular con «atentados teroristas» o «sabotajes».
La producción petrolera de Venezuela, que superaba los tres millones de barriles diarios, se ha desplomado en los últimos años. Maduro, que culpa por ello a las sanciones de Estados Unidos contra el país, reveló que la oferta venezolana cerró 2021 en alrededor de un millón de barriles, después de haber caído por debajo de 400.000, sus peores niveles desde la década de 1940.
Ello ha derivado en escasez de gasolina y otros combustibles, en especial en el interior del país.
Con información de AFP.