La Comisión Europea (CE) adoptó su presupuesto dedicado a ayuda humanitaria este año, de 1.500 millones de euros, de los que 188 millones se asignarán a Asia y Latinoamérica, a crisis como las de Afganistán y los rohinyá en Bangladesh y Birmania y también a Venezuela, Colombia o Haití.
Esta financiación permitirá “seguir salvando vidas” en los lugares del mundo con mayores necesidades humanitarias, indicó en un comunicado el comisario europeo de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic.
“Además de responder a crisis nuevas y muy visibles, el presupuesto garantiza que no restamos valor a la hora de abordar las crisis humanitarias existentes, prolongadas o recurrentes, como en Colombia o Sudán del Sur o la situación del pueblo rohinyá”, recalcó.
Otros 469 millones de euros de este paquete se asignarán al África subsahariana para ayudar a quienes sufren crisis alimentarias y nutricionales exacerbadas por el conflicto en el Sahel.
También para asistir a los desplazados por la violencia en la República Centroafricana, la cuenca del lago Chad (Chad, Camerún y Nigeria), Sudán del Sur y el Cuerno de África (Djibouti, Etiopía, Kenia y Etiopía).
Igualmente, abordará las necesidades de las personas afectadas por el conflicto a largo plazo en la República Democrática del Congo.
Por otra parte, se asignarán 351 millones de euros a Oriente Medio y el Norte de África para hacer frente a la crisis en Siria, así como a las necesidades de los refugiados en los países vecinos y para la situación crítica que vive Yemen, precisó la Comisión
Hasta 152 millones de euros más financiarán proyectos en el sudeste de Europa y la vecindad europea, que abordarán las crisis en Ucrania, los Balcanes Occidentales y el Cáucaso, así como los efectos de la crisis de Siria en Turquía.
Los 370 millones de euros restantes se destinarán a crisis no previstas o “picos repentinos” en crisis existentes, así como a otras operaciones.
Estos fondos de ayuda humanitaria también ayudarán a las poblaciones vulnerables en países propensos a desastres a prepararse mejor para diversos peligros naturales, como inundaciones, incendios forestales, terremotos y ciclones.