A juicio del diplomático de más rango en la Unión Europea, atrás quedaron los altibajos que caracterizaron las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y la Unión Europea durante la presidencia de Donald Trump, quien apostó por una política unilateral y desató una guerra de aranceles que levantó ampollas en el viejo continente.
“Los europeos somos los mejores socios y aliados de Estados Unidos”, pronunciaba Josep Borrell, el Alto Representante del bloque europeo, durante su primera visita oficial a Washington desde que Biden llegó a la Casa Blanca, en el mes de octubre. De esta manera, el diplomático español tendía la mano a su aliado histórico y se abría una nueva etapa de sintonía entre las potencias.
El analista Rogelio Núñez, investigador del Real Instituto Elcano, explicó a la Voz de América que, aunque hay mayor cercanía entre EE. UU. y la UE, los objetivos que tiene el mandatario demócrata respecto a la política exterior no son diferentes a los que tenía su predecesor. Uno de los principales sería “parar el ascenso de China”.
Sin embargo, el “modus operandi” de Biden es diferente a la estrategia implementada por el republicano, dijo Núñez. “La Administración Biden opta más por buscar grandes acuerdos entre los aliados para forjar políticas en común”.
Unas políticas en común que, en el caso de Latinoamérica, consistirían en “buscar la democratización de determinados países”, como Venezuela o Nicaragua, y colaborar en “posibles nuevos escenarios que puedan surgir a lo largo de la región”.
Cuba y Venezuela: “puntos calientes” en la relación
Un informe del Barcelona Center For International Affairs (CIDOB) sostiene que uno de los temas relacionados con América Latina que aún resulta un “punto caliente” para las relaciones entre EE. UU. y la UE es Venezuela, a pesar que durante 2021 las potencias presentaron declaraciones conjuntas para abordar la crisis política, humanitaria y económica de ese país.
“Biden se muestra partidario de mantener la presión externa y el reconocimiento a la figura de Juan Guaidó como presidente encargado. En cambio, la UE parece haber abandonado su apuesta por Guaidó y se postula ahora en favor de una solución negociada que permita unas elecciones con la participación de la oposición manteniendo algunas sanciones selectivas. Hay margen para un acercamiento de posturas, aunque la política doméstica dificulta la toma de decisiones”, sostiene el documento.
Asimismo, el CIDOB afirma que otro tema que podría crear discordancia entre las potencias es Cuba. Por parte de EE. UU. “las expectativas de un posible regreso a la política de mano tendida de Obama se han visto enfriadas por la expresión de Biden, que no tiene prisa en implementar los cambios”, mientras que en el caso de la UE, se mantiene una “posición de compromiso constructivo y relaciones de cooperación, incluido un diálogo sobre derechos humanos”.
Retos de la UE y EE. UU.
En un 2022 marcado por los estragos que la pandemia ha causado en la región, la inequidad en el reparto de vacunas y con elecciones programadas en países como Brasil y Colombia, ¿qué retos enfrentan EE. UU. y el bloque europeo?
“Trabajar en coordinación”, apunta Núñez, quien también afirma que durante muchos años EE. UU. y Europa “competían” en América Latina: “Eso es historia. Ahora tienen que colaborar”, dijo.
El experto recalca que las potencias deben colaborar ante el avance del gigante asiático, que ha provocado que la influencia de EE. UU. y la UE en la región se vea menguada.
“China está presentando sus proyectos, que son atractivos, sobre todo desde el punto de vista comercial y económico. Si no quieren perder terreno, EE. UU. y Europa tienen que hacer algo parecido, intentando hacer hincapié en las ventanas de oportunidad (…) Sobre todo, darles algunos incentivos, como es fundamentalmente que se comprometan en hacer inversiones allí donde las necesitan, como en el ámbito de las infraestructuras o la educación”, concluyó.
Voz de América