El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, intentará garantizar el respaldo energético para los aliados europeos cuando este lunes reciba al emir de Catar en la Casa Blanca, en medio de temores de que Rusia reduzca sus exportaciones ante la crisis de Ucrania.
El jeque Tamim bin Hamad al-Thani será el primer líder de un estado del Golfo en visitar la Casa Blanca desde la llegada de Biden hace poco más de un año y las conversaciones consolidarán el estatus del pequeño país como un actor internacional importante.
Además de reunirse con Biden, el jeque se reunirá con el secretario de Defensa Lloyd Austin, el secretario de Estado Antony Blinken, miembros del Congreso y otros funcionarios, dijo la Casa Blanca.
El tema más urgente de la agenda son los intentos para garantizar que los países europeos, ya golpeados por los altos precios de la energía, puedan capear una interrupción de las exportaciones rusas.
Ello podría ocurrir si los países occidentales cumplen sus amenazas de aplicar severas sanciones económicas en caso de que Moscú decida atacar a Ucrania, a cuya frontera movilizó más de 100.000 efectivos militares.
La Unión Europea importa el 40% de su gas natural de Rusia.
Al anunciar la visita, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que el emir y Biden discutirán «la estabilidad de los suministros energéticos mundiales».
Catar es uno de los mayores exportadores de gas natural líquido del mundo, junto con Estados Unidos y Australia, y tanto Washington como Europa esperan que Doha sea capaz de redirigir temporalmente las exportaciones destinadas a los mercados asiáticos.
Sin embargo, Catar firmó contratos a largo plazo con Corea del Sur, Japón y China, y tiene escaso margen para compensar el gas que Rusia envía a Europa Occidental.
Un alto funcionario estadounidense restó no obstante importancia respecto a cuánto esperar de Catar en la reorganización energética, y se limitó a indicar que «estamos consultando con todos los principales proveedores de gas del mundo».
Catar juega un papel clave para Washington como sede de un importante comando militar, centro de su operación de evacuación de Afganistán en agosto del año pasado.
Las fuerzas estadounidenses enviaron a unos 60.000 afganos y estadounidenses en tránsito a través de la base aérea de Catar.
Doha, que actúa como contacto diplomático de Washington con los talibanes, es fundamental para cualquier contacto futuro con Afganistán, además de desempeñar un papel en los esfuerzos para resucitar el acuerdo nuclear con Irán.
Asimismo, Qatar Airways desea construir su flota de carga y expresó interés en alcanzar un acuerdo con Boeing para convertirse en el cliente de lanzamiento del nuevo carguero 777X del gigante aeroespacial estadounidense.
AFP