Científicos de Estados Unidos han medido la teoría de la relatividad de Albert Einstein, que sostiene que la gravedad ralentiza el tiempo, en la escala más pequeña jamás vista, demostrando que los relojes funcionan a diferentes velocidades cuando están separados por fracciones de milímetro.
Jun Ye, investigador del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST, por sus siglas en inglés) y la Universidad de Colorado Boulder, dijo a la AFP que el reloj usado era «de lejos» el más preciso construido hasta el momento, y podría allanar el camino para nuevos descubrimientos en mecánica cuántica.
Ye y sus colegas publicaron sus hallazgos el miércoles en la prestigiosa revista Nature, describiendo los avances de ingeniería que les permitieron construir un aparato 50 veces más preciso que su mejor reloj anterior, fabricado en 2010.
Hace más de un siglo, en 1915, Einstein presentó su teoría de la relatividad general, que sostenía que el campo gravitatorio de un objeto gigante distorsiona el espacio-tiempo.
Esto hace que el tiempo transcurra más lentamente a medida que uno se acerca al objeto.
Pero no fue hasta la invención de los relojes atómicos, que marcan el tiempo detectando la transición entre dos estados de energía dentro de un átomo expuesto a una frecuencia particular, que los científicos pudieron probar la teoría.
Los primeros experimentos incluyeron el Gravity Probe A de 1976, que involucró una nave espacial a 10.000 kilómetros sobre la superficie de la Tierra y mostró que un reloj a bordo era más rápido que su equivalente en la Tierra en un segundo cada 73 años.
Desde entonces, los relojes se han vuelto cada vez más precisos y, por lo tanto, más capaces de detectar los efectos de la relatividad.
Una década atrás, el equipo de Ye estableció un récord al observar el tiempo moviéndose a diferentes velocidades cuando su reloj ultra preciso se movía 33 centímetros más alto.
AFP