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La izquierda galopa hacia las elecciones en Colombia

Un gobierno impopular, con un presidente criticado hasta por sus copartidarios, amenaza las aspiraciones de la derecha de conservar el poder y provocar un vuelco histórico en Colombia.

Cuando restan tres meses para la elección del 29 de mayo, el exguerrillero Gustavo Petro se encamina hacia el triunfo en un país historicamente gobernado por la derecha, señalan encuestas y analistas.

Petro ha consolidado su campaña sobre la desgastada figura de Iván Duque, quien culminará en agosto su mandato de cuatro años hundido en las encuestas. Solo el 20% de los colombianos apoya su gestión, de acuerdo con la firma Invamer.

La derecha aupada por el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), que catapultó a Duque, vive un «desgaste natural» y «no tiene la gasolina para llevar un candidato hasta el final» sin hacer alianzas, estima Mauricio Reyes, del departamento de Derecho y Ciencias Políticas de la estatal Universidad Nacional.

En un país empobrecido aún más por la pandemia «es tanta la devastación, o lo sienten así, que hay gente dispuesta a votar por la izquierda», según Fernando Giraldo, profesor de la Universidad del Rosario.

El 13 de marzo comenzará la batalla electoral con las legislativas y las primarias. Una coalición de fuerzas de izquierda y de disidentes de otros partidos investirá a Petro como su candidato.

 

– Marcar distancia  –

 

A diferencia de sus antecesores Uribe y Juan Manuel Santos (2010-2018), Duque no podrá buscar la reeleción por una reforma constitucional. Pero aun si pudiera aspirar, nadie apostaría por su candidatura, sostienen los observadores.

Es un presidente «al que todo el mundo se le aparta; es un pato herido al que todo el mundo le dispara», grafica Reyes.

Incluso, el ala radical del Centro Democrático marcó distancia. La revista Cambio divulgó un audio de la senadora María Fernanda Cabal en el que se le escucha decir que al propio Uribe «le ha sabido a mierda» el gobierno de Duque.

«Hay una ruptura interna por unas políticas que dentro de su partido se consideraron que (el presidente) no defendió», agrega Reyes.

Duque, de 45 años, llegó al poder en 2018 de la mano de Uribe y prometiendo mano dura con los violentos y el narcotráfico, un Estado austero y a favor del libre mercado. Además, se lanzó sin éxito a reformar el acuerdo de paz de 2016 con la exguerrilla de las FARC. Pero chocó con masivas protestas.

En 2021 superó el récord de desaprobación (76%) desde 1998. La pandemia, que empobreció al 42,5% de los 50 millones de colombianos, arrojó a las calles a cientos de miles que reclamaron un Estado más solidario y fueron reprimidos brutalmente.

Con decisiones como esa «se echó dos tercios de la sociedad encima», estima Giraldo.

Uribe y sus partidarios llegan «con un desgaste fuerte», complementa Andrés Dávila, profesor de Ciencia Política de la Universidad Javeriana.

Pese a ser el dirigente más relevante del siglo, el expresidente está «desgastado, envejecido» y enredado con una investigación judicial por presunta manipulación de testigos, agrega.

El Centro Democrático eligió esta vez al exministro Óscar Iván Zuluaga, un uribista fiel, para pelear la presidencia, pero su nombre no despega en los sondeos y los analistas coinciden en remarcar su falta de carisma.

 

– Izquierda al alza –

 

Petro, en cambio, es puntero absoluto en las encuestas. El exguerrillero de 61 años, que encarna el cambio y promete romper con el neoliberalismo, llena plazas públicas, es muy activo en redes sociales y cabalga sobre los desaciertos del gobierno.

Según Invamer, el 42% de los colombianos votaría por el senador, que perdió con Duque el balotaje en 2018.

Petro es una figura «avasalladora», que hoy «no tiene un contradictor político claro», apunta Giraldo. Además, agrega, ha sabido capitalizar el deseo ciudadano de reforma, tras una larga tradición de gobiernos liberales o conservadores.

Puede «que sea la primera (vez) que en Colombia a nivel nacional, en la elección presidencial y en las mismas legislativas, haya un cambio (…) de gobierno, de estilo e incluso de propuestas», anticipa.

Mientras las fuerzas opuestas a Petro todavía pelean por la nominación de sus candidatos, Petro «inició campaña en septiembre del año pasado de manera directa», y se puso muy tempranamente en ventaja, complementa Reyes.

Aunque advierte que el largo proselitismo también puede cansar al electorado, más cuando Petro sigue «jugándosela a ser polarizante».

En 2018 fue «todos contra Petro (…) lo que falta es saber cuál va a ser el Duque de 2022», plantea Dávila.

Una coalición de moderados de centro se presenta como alternativa entre los extremos, pero está divida por señalamientos de corrupción entre sus propios miembros. Salvo un giro extraordinario, todos los caminos conducen a Petro.

AFP