El número de nuevos casos y de muertes por covid-19 en las Américas ha disminuido pero sigue habiendo zonas vulnerables como el Caribe, informó este miércoles la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La semana pasada hubo 2,2 millones de nuevos casos de covid-19 en la región, es decir un 28% menos que en la anterior, afirmó la directora de la OPS, Carissa Etienne, en rueda de prensa virtual.
El número de decesos por la enfermedad cayó por primera vez desde el comienzo de la ola de la variante ómicron y se ubicó en 29.000 (-9% comparado con la semana anterior), añadió.
Pero la situación es desigual y 13 países y territorios registraron un aumento de muertes y no alcanzaron la meta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de conseguir vacunar al 40% de la población.
Aunque los casos se redujeron en un tercio en América del Norte, las nuevas infecciones aumentaron un 70% en México.
En Estados Unidos el número de muertes disminuyó pero sigue siendo alto. También bajaron en general en Centroamérica (-17%), pero en Honduras los decesos en cuidados intensivos siguen al alza.
A pesar de que los fallecimientos bajaron en general en Sudamérica un promedio de 13%, en Chile la situación es crítica en cuidados intensivos.
En el Caribe, donde viven más de 44 millones de personas, los nuevos casos cayeron en un 44%, pero en muchos lugares las muertes suben.
Según Carissa Etienne, el Caribe «sigue siendo especialmente vulnerable al covid-19». Y los contrastes son llamativos, con un 91% de las personas en las Islas Caimán vacunadas por completo y menos del 1% de los haitianos.
Para paliar las diferencias, la organización recomienda más que nunca vacunarse.
Casi 700 millones de personas en las Américas ya han recibido la pauta completa de vacunación y para llegar a las que faltan preconiza alcanzar a los más vulnerables en cada país, facilitar a la gente el acceso a las vacunas y crear espacios abiertos para el diálogo.
– Pronto para cantar victoria –
Entre tanto cada vez más países reducen las restricciones impuestas contra el covid-19 en un intento por volver a la normalidad.
Cuando se toma esa decisión hay que tener en cuenta varios factores, como evaluar los riesgos, seguir la situación inmunológica y la capacidad de los servicios y ajustar periódicamente las estrategias, apunta Ciro Ugarte, director de Emergencias de Salud de la organización.
Para evaluar la situación «es necesario contar con un sistema de vigilancia y de implementación adecuado» porque se ha demostrado durante la pandemia «que si relajamos las medidas cuando estamos en niveles bajos de transmisión generalmente una o dos semanas después el número de casos aumenta rápidamente», añade.
Y puede afectar a cualquiera, afirma Jarbas Barbosa, subdirector de la OPS. «Muchas personas tuvieron covid más de una vez porque la protección disminuye a lo largo del tiempo y también muchas veces las nuevas variantes vencen el sistema inmunológico de la persona y producen una nueva infección».
De todos modos, la OPS advierte que aunque la OMS, de la que depende, levante un día la emergencia de salud pública esto no implica que la pandemia haya terminado.
En realidad «nunca habrá un día específico de finalización. Es probable que el virus SARS-CoV-2 siga circulando en el futuro previsible a nivel global (…) como los de la gripe estacional», explicó Sylvain Aldighieri, jefe de incidentes para el covid-19 en la OPS.
El escenario «más creible» es que aunque pueda seguir habiendo repuntes «el impacto de la pandemia disminuya de manera paulatina a nivel global con los meses y años», añadió el experto, especificando que se refiere a «la carga de la enfermedad severa y de muertes» y que esta variará de un país a otro dependiendo de si la vacunación es alta y uniforme en los grupos de riesgo y de la mejoría en la atención a los pacientes con nuevos tratamientos.
AFP.