La universidad más grande de Afganistán reabrió sus puertas el sábado en Kabul, seis meses después de la toma del poder por los talibanes, pero muy pocas estudiantes asistieron a las clases y fueron separadas de los estudiantes varones.
Las universidades públicas de seis provincias ya habían reiniciado los cursos el 2 de febrero.
Todas las demás los reanudaron el sábado, como la de Kabul, la más antigua y más grande del país, con unos 25.000 estudiantes inscritos antes del regreso de los fundamentalistas islamistas el pasado 15 de agosto.
En la capital, los guardias talibanes negaron a los periodistas el acceso al extenso campus y expulsaron a los que permanecían cerca de las entradas.
Las universidades públicas, como los colegios primarios y secundarios para las niñas, habían sido cerrados desde la llegada al poder de los talibanes, lo que hacía temer su voluntad de privar a las mujeres de toda educación, como sucedió cuando estuvieron en el poder, entre 1996 y 2001.
Sin embargo, el nuevo gobierno talibán había garantizado rápidamente que las mujeres podrían estudiar en la universidad, pero bajo estrictas condiciones, en particular, vestimenta (uso de velo) y separación de hombres y mujeres.
Según Maryam, una estudiante de inglés de la universidad de Kabul, solo siete compañeras de clase estaban presentes el sábado por la mañana. También faltaban muchos profesores, «quizás porque algunos abandonaron el país», añadió.
En el resto del territorio, la situación fue la misma, con el regreso de muy pocas estudiantes a los establecimientos.
A veces incluso ninguna, como en la universidad del Valle del Panshir (norte), bastión histórico de la resistencia contra los talibanes y última región que cayó bajo el control total de los islamistas, a finales de septiembre.
AFP