José David Chaparro es un venezolano que se sumó a la resistencia militar en Ucrania, para defender a la nación de la invasión rusa. Llegó a Ucrania en 1989, formó una familia y entre idas y vueltas, se quedó en ese país y está decidido a luchar hasta el final.
Chaparro contó al programa Aló Buenas Noches con Carla Angola, que estudió derecho e hizo una maestría y se radicó en Ucrania, luego vivió en Rusia y trabajó en el área diplomática, más tarde viajó con su familia a Venezuela, pero regresó a Ucrania en 2014 producto de la crisis que azota a Venezuela.
Sus hijos ya no están en Ucrania, sino en otros países de Europa. Sin embargo, él y su esposa acordaron quedarse a luchar, en una decisión que empezó siendo «emocional» y después pasó a ser más pensada y espiritual. «No fue algo que se nos ocurrió de la noche a la mañana, fue algo bastante meditado y bien pensado. Decidimos quedarnos acá», relató de manera serena.
Este valiente venezolano reveló que pertenece a la reserva territorial, la cual está integrada por civiles y aunque están preparados para repeler cualquier ataque, actualmente su trabajo se basa en organizar la manera en la que viven durante la guerra.
«Nosotros organizamos nuestros vecinos, organizamos nuestra defensa del edificio donde estamos viviendo, patrullamos la zona, damos cuenta de los puntos de acopio donde podemos comprar o solicitar ayuda médica, o cualquier tipo de logística civil que está dentro de todo este ámbito de peligro de guerra», detalló.
También señaló que están en el centro de la ciudad, y no salen al campo, por lo que resguardan la parte física. Pero a pesar de esto, comentó que han recibido «varias descargar de bombas, de cohetes y misiles que en cualquier momento caen».
Al consultarle cómo se prepara para un misil, resaltó la importancia de creer en lo que se hace, mantener la fe en sí mismo y pensar que no va a pasar nada. «Esto es, como venga, vamos viendo, no hay garantía de nada», dijo.
Sobre el tipo de preparación, resaltó que no es un soldado y que su preparación ha sido mental, sin descuidar lo físico.
«Mi mejor arma es mi mente que no dejo que entre en pánico y que no me arrebate mi tranquilidad porque eso no me permitiría tomar decisiones correctas en los momentos adecuados. Yo creo que la guerra está más dentro de uno que fuera, a pesar de lo que estás viendo en los medios de comunicación; la idea de este juego es no dejarse atrapar por el pánico o pierden completamente la noción del mundo donde están y cometen más errores, eres un blanco más fácil», subrayó.
Al preguntarle por qué no se fue de Ucrania, respondió que se fue de Venezuela y se arrepiente de no haber luchado hasta el final, y ahora no piensa cometer el mismo error yéndose de Ucrania. «Yo prefiero quedarme y ver cómo se va a desarrollar esto», adelantó.
José David señaló qué la muerte siempre da miedo, pero según los filósofos hay que aprender a morir de miedo y aprender a controlar la muerte «en vida propia».
A su parecer, la muerte es simplemente la pérdida física de la materia, no la mental ni la espiritual.
Reveló que dejó a un lado su profesión y antes de la guerra hacía vida agrícola en una granja de su propiedad, pero esos proyectos actualmente «son igual a cero» porque ahora mismo vive un segundo a la vez. «Hace una hora ya es pasado, si hay mañana, viviré mañana», sentenció.