Las inmediaciones del aeropuerto de Leópolis (Lviv), en el oeste de Ucrania, fueron alcanzadas este viernes por «misiles» rusos, según el alcalde de esa ciudad, horas antes de la charla prevista entre el presidente estadounidense, Joe Biden, y su homólogo chino Xi Jinping.
«Misiles impactaron en el barrio del aeropuerto de Leópolis», publicó en su cuenta de Facebook Andriy Savody, el alcalde de esa ciudad situada cerca de la frontera polaca, asegurando que el bombardeo no afectó directamente a las instalaciones del aeropuerto sino a una planta de reparación de aviones.
«El funcionamiento de la fábrica había sido suspendido previamente, con lo que no hay víctimas por ahora», indicó.
Un periodista de la AFP vio una humareda emanando de la zona, y vehículos de la policía y ambulancias dirigiéndose rápidamente en esa dirección.
Hasta ahora, Leópolis se había librado en buena medida de los combates, aunque el ejército ruso bombardeó el domingo una base militar ucraniana de esa región, causando al menos una treintena de muertos.
Entre las ciudades más castigadas se encuentra Mariúpol, una ciudad portuaria estratégica del sureste, asediada. Soldados rusos y sus aliados separatistas combatían este viernes en el centro urbano, anunció el Ministerio ruso de Defensa.
«En Mariúpol, las unidades de la República Popular [autoproclamada, ndlr] de Donetsk, con el apoyo de las fuerzas rusas, estrechan el cerco y combaten a los nacionalistas en el centro de la ciudad», indicó el portavoz del ministerio, Igor Konashenkov.
Además, afirmó que las fuerzas rusas y los separatistas de Lugansk controlaban ya el 90% del territorio de la región ucraniana epónima. Poco antes de la ofensiva, que empezó el 24 de febrero, Moscú reconoció la independencia de los territorios separatistas del Donbás de Lugansk y Donetsk.
Y con los combates causando estragos sobre el terreno, el presidente estadounidense Joe Biden y su homólogo chino Xi Jingping tienen previsto hablar este viernes a las 13H00 GMT, en la que será su cuarta charla desde la llegada del demócrata a la Casa Blanca.
Según Washington, servirá para advertir a Pekín contra cualquier apoyo a su cercano aliado, el presidente ruso Vladimir Putin.
Biden «le dirá claramente que China tendrá responsabilidad por cualquier acto dirigido a apoyar la agresión rusa y no dudaremos en imponerle un costo», declaró el jueves el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken.
Desde el inicio de la invasión el 24 de febrero, el régimen comunista chino ha tratado de salvaguardar su fluida relación con el Kremlin y ha evitado pedir a Putin una retirada de sus tropas de Ucrania.
Pero, al mismo tiempo, ha tomado ciertas distancias con una Rusia cada vez más aislada. Por ejemplo, Pekín no respaldó una resolución rusa sobre la guerra de Ucrania en el Consejo de Seguridad de la ONU, que finalmente fue retirada por Moscú.
Los diplomáticos rusos «recurrieron al copatrocinio» para su texto «y no ha habido retorno», dijo un embajador que pidió el anonimato, dejando entrever que ni China, ni India apoyaban la resolución y no habrían votado a favor.
– «Dictador sanguinario» –
En estos días, Biden tampoco escatimó críticas hacia Putin. Si el miércoles lo llamó «criminal de guerra», el jueves lo trató de «matón» y «dictador sanguinario».
Los autores de crímenes de guerra en Ucrania deberán «rendir cuentas» ante la justicia internacional, indicaron de su parte los ministros de Asuntos Exteriores del G7, formado por los países occidentales más industrializados.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, imploró el jueves a los occidentales en el Bundestag alemán que ayuden a «parar esta guerra», mientras un bombardeo ruso causaba al menos 27 muertos en el este del país.
El miércoles, Zelenski acusó a la fuerza aérea rusa de haber bombardeado «deliberadamente» un teatro de Mariúpol donde se habrían refugiado centenas de civiles.
El dirigente calificó a Rusia de «Estado terrorista», pero Moscú replicó no haber bombardeado la ciudad y atribuyó la destrucción del teatro a un grupo de ultraderecha ucraniano.
La alcaldía de Mariúpol señaló que la situación es «crítica», con bombardeos rusos «ininterrumpidos» y daños «colosales». Según las primeras estimaciones, un 80% de las viviendas habrían quedado destruidas.
Los mismos habitantes empezaron a retirar los escombros y a liberar a los supervivientes del ataque, del que todavía no se ha entregado un balance de víctimas oficial.
De hecho, según la emisaria ucraniana de los derechos humanos, Liudmyla Denisova, «todo el mundo sobrevivió».
El parlamentario Serguéi Taruta apuntó también que el refugio dentro del teatro podría haber resistido. «Estaba constituido de tres partes y no sabemos todavía si resultaron dañadas», dijo en Facebook.
Varias personas «salieron durante la mañana después de que los habitantes retiraran ellos mismos los escombros», añadió.
Los bombardeos también continúan en la capital, Kiev, y en Járkov, segunda ciudad del país, donde al menos 500 personas han muerto violentamente desde que empezó la guerra.
Sin embargo, el avance terrestre ruso parece estancado y Moscú recurre cada vez más a ataques aéreos y de largo alcance para sacar ventaja.
– Propuestas «no realistas» –
Por el momento no se divulgó ningún balance global aunque el presidente Zelenski mencionó el 12 de marzo la muerte de «unos 1.300» militares ucranianos, y Moscú reportó diez días antes que había registrado casi 500 bajas en sus filas.
Desde que comenzó la invasión, 108 niños han muerto y 120 han resultado heridos, dijo el jueves la Fiscalía general ucraniana.
Hasta la fecha, más de tres millones de ucranianos huyeron del país, la mayoría hacia Polonia, adonde este viernes ya habían llegado más de dos millones de migrantes procedentes de Ucrania, según los guardias fronterizos polacos.
Y no hay indicios de que Moscú vaya a cesar su ofensiva, pese al diálogo abierto entre los beligerantes.
Este viernes, durante una conversación con el jefe de gobierno alemán, Olaf Scholz, Putin acusó a Ucrania de «retrasar» las negociaciones para poner fin al conflicto, al presentar propuestas «que no son realistas».
Zelenski ha subrayado que las prioridades en la negociación «son claras: fin de la guerra, garantías de seguridad, soberanía, restablecimiento de nuestra integridad territorial, garantías reales para nuestro país, protección real para nuestro país».
Putin aseguró que la ofensiva se desarrolla «con éxito» y su portavoz Dmitri Peskov afirmó que una «mayoría aplastante» de rusos respalda las acciones del presidente. Los otros «son traidores», añadió.
AFP