La embajadora de Venezuela en Bulgaria, Estefanía Meléndez, aseguró que hay una ruptura del orden mundial con la agresión de Rusia a Ucrania que empezó el pasado 24 de febrero.
Meléndez, durante el programa Enfoque Global con el embajador Orlando Viera Blanco, afirmó que los países de Occidente subestimaron las intenciones del presidente ruso Vladimir Putin, quien a su parecer, tenía muy claro lo que quería hacer y no dependía «tanto» de la negociaciones y de los esfuerzos diplomáticos que se hicieron con anterioridad.
«Yo creo que hay que tomar en cuenta el sufrimiento del pueblo ucraniano y en el momento de que incluso Occidente trata de empujar el pueblo ucraniano hacia la paz, tienen que entender cómo se sienten», señaló al tiempo que recordó un discurso del presidente Volodímir Zelensky de hace unos días, cuando Rusia les dijo que se rindieran en la ciudad Mariúpol y «él decía que eso era imposible, que no se iban a rendir».
En su opinión, el pueblo ucraniano le está dando una lección a la humanidad increíble. «Cada país, cada democracia e incluso países que viven bajo tiranía tienen que tomar nota de su fortaleza y cómo ellos se han unido para defender su país, con algo que está encima de su vida», subrayó.
Conflicto nuclear
Al consultarle si Putin puede llevar al mundo a un conflicto nuclear, afirmó que lo cree capaz «de cualquier cosa» por la maldad y la manera tan inhumana como atacan a las ciudades de Ucrania. «Eso le hace creer a otros dictadores y a otros tiranos que ellos también pueden hacer cosas así, porque no habrá consecuencias», alertó.
Estefanía Meléndez indicó que Occidente, la alianza de la OTAN, la Unión Europea y los países democráticos tienen que ir más allá porque hoy es Ucrania y mañana puede ser otra nación. «Ellos han dicho en la televisión rusa que Ucrania juega un escenario nada más, que quién les dice a ellos que van a parar ahí», comentó.
Meléndez, asimismo, aseveró que el mito de la Rusia poderosa se ha ido derrumbando porque no han podido con el Ejército ucraniano y por ello, atacan desde el aire de manera brutal lugares donde se encuentra parte de la sociedad civil porque «es lo que les queda».