La medida -que el jefe de la comisión dijo que era una respuesta a las restricciones occidentales a los medios de comunicación favorables al Kremlin, como la agencia de noticias Sputnik y el canal de televisión RT- se suma a los desafíos que enfrentan los medios de comunicación extranjeros, ya bajo escrutinio por su cobertura de la guerra de Rusia en Ucrania.
«Creemos que las acciones inamistosas de los Estados extranjeros contra nuestros medios de comunicación, ya sea la prohibición o la restricción de la distribución de sus productos, deben recibir una respuesta rápida y simétrica», dijo Vasili Piskarev, presidente de la Comisión para investigar la injerencia de Estados extranjeros en los asuntos internos de Rusia.
Piskarev dijo que eso significa que si un Estado extranjero toma medidas discriminatorias contra los periodistas rusos, el fiscal general podría prohibir o restringir rápidamente las actividades de los medios de comunicación de ese país.
«Estamos hablando de la prohibición de la distribución en Rusia de cualquier material informativo de estos medios, incluso a través de Internet, el cese de la acreditación de los corresponsales y el cierre de sus oficinas de representación en nuestro país».
Algunos de los principales medios de comunicación extranjeros ya han retirado a sus corresponsales de Rusia desde que el 4 de marzo el Parlamento aprobó una ley que convierte en ilegales las acciones públicas destinadas a lo que describe como «desacreditar» al Ejército ruso.
La ley establece penas de cárcel de hasta 15 años por la difusión de noticias falsas o «la difusión pública de información deliberadamente falsa sobre el uso de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa».
Rusia rechaza el uso de los términos «guerra» o «invasión» para describir sus acciones en Ucrania, que califica de «operación militar especial» para desmilitarizar y «desnazificar» a su vecino. Ucrania y los Gobiernos occidentales lo rechazan como un falso pretexto para invadir un país democrático.
Los medios rusos controlados por el Estado, RT y Sputnik, fueron vetados en toda la Unión Europea el 2 de marzo. «La manipulación sistemática de la información y la desinformación por parte del Kremlin se aplica como una herramienta operativa en su asalto a Ucrania», dijo entonces el jefe de la política exterior de la UE, Josep Borrell.