El balance de la tormenta tropical Megi en Filipinas se elevó a 67 muertos el miércoles según el balance oficial, que aumenta a medida que los socorristas descubren cuerpos sepultados por los desprendimientos de tierra causados por la lluvia.
La mayoría de fallecidos por la tormenta, la más potente en alcanzar el archipiélago asiático este año, se registraron en localidades alrededor de Ciudad de Baybay, en la céntrica provincia de Leyte.
Al menos 48 personas murieron, más de 100 resultaron heridas y 27 desaparecieron luego de que aludes de tierra cargada de agua embistieron los asentamientos agrícolas aledaños a Ciudad de Baybay, según las autoridades locales.
Fotos aéreas mostraban una ancha lengua de lodo que bajó de las colinas de cocoteros y barrió el pueblo de Bunga, donde solo se podían ver ahora unos pocos techos sobresaliendo.
«Se nos dijo de estar alertas porque llegaba una tormenta, pero no nos dijeron directamente que teníamos que evacuar», dijo la trabajadora agrícola Loderica Portarcos, de 47 años, que perdió a 17 familiares y un amigo en los desprendimientos de tierra.
Otras tres personas murieron en la provincia central de Negros Oriental y tres en la principal isla sureña de Mindanao, según el organismo nacional de atención de desastres.
– Como un ruido de «helicóptero» –
En el pueblo costero de Pilar, que forma parte de la municipalidad de Abuyog, trece personas murieron y 150 están desaparecidas, luego de que un torrente de lodo y tierra empujase las casas hacia el mar y enterrase a la mayor parte del lugar, dijo el alcalde de Abuyog, Lemuel Traya.
«Tengo que ser honesto, ya no esperamos hallar supervivientes», afirmó a la AFP Traya, agregando que el persona de emergencia estaba enfocado ahora en la difícil tarea de recuperar cuerpos.
Unas 250 personas se encontraban en centros de evacuación y otros habitantes estaban hospitalizados, agregó.
Un fuerte ruido similar al de un «helicóptero» alertó a Ara Mae Canuto, de 22 años, que llegaba un deslizamiento de tierras a la casa de su familia en Pilar.
La joven intentó correr pero fue barrida al mar y casi se ahogó.
«Tragué agua sucia y mis oídos y nariz están llenas de lodo», contó a la AFP Canuto por teléfono desde su cama de hospital. Su padre murió y su madre está desaparecida.
Los militares se unieron a los equipos de rescate en las tareas de socorro, que se han visto afectadas por el mal tiempo.
La tormenta Megi forzó la suspensión de operaciones en decenas de puertos y dejó a miles de personas varadas en el inicio de la Semana Santa, uno de los períodos del año de más viajes en Filipinas.
Megi llegó cuatro meses después de que el supertifón Rai devastó gran parte del país y dejó más de 400 muertos y cientos de miles sin casa.
AFP