La Human Rights Foundation (HRF) instó al mundo democrático y a Estados Unidos, en particular, a mantener la presión contra la dictadura de Nicolás Maduro, a través de sanciones selectivas; por considerar que el régimen venezolano sigue usurpando el Estado para utilizarlo como una empresa criminal transnacional.
«Mantener la presión sobre los matones y los principales compinches de la dictadura demostrará la solidaridad de las democracias compañeras de todo el mundo con el pueblo venezolano y expondrá a sus opresores como parias internacionales hasta que todos los presos de conciencia sean liberados, se elija democráticamente un nuevo presidente y se repare el millones de víctimas se convierte en una posibilidad real», indicó HRF en un comunicado.
También pidió al gobierno estadounidense que continúe buscando formas de hacer que la ayuda humanitaria y la asistencia económica lleguen al pueblo venezolano.
La organización de derechos humanos, asimismo, se refirió a una carta que enviaron la semana pasada al presidente Biden por un grupo de 25 venezolanos, quienes pidieron la reanudación de las negociaciones con la dictadura y abogaron por el fin de las sanciones en su contra.
«HRF entiende que las sanciones dirigidas contra un dictador, sus compinches y sus principales fuentes de financiación son la única herramienta no militar seria con la capacidad de aplicar presión real y establecer que lo que hacen es inaceptable y no será normalizado por los líderes democráticos del mundo», aseguró.
Las sanciones, a su parecer, siempre deben estar dirigidas contra los pilares de poder de la dictadura y siempre deben evitar dañar a civiles inocentes no afiliados al régimen. Sin embargo, consideró que levantar las sanciones cuando un dictador no ha cambiado significativamente el comportamiento, nunca es una alternativa razonable porque indica que el costo a pagar por los abusos atroces de los derechos humanos disminuirá con el tiempo, aunque el dictador siga siendo despiadado y gobierne con mano de hierro.
El director ejecutivo de HRF, Thor Halvorssen, expresó que existen pocos indicios de que el régimen venezolano se sentará a negociar de buena fe incluso si se le prometen un alivio de las sanciones, ya que eso requeriría que estén dispuestos a liberar a los presos políticos y poner fin a los abusos generalizados contra los derechos humanos.
«La única razón por la que Maduro continúa aferrándose al poder en un país devastado es porque está dispuesto a cometer esos crímenes y permitir que empresas de países democráticos hagan negocios en Venezuela con la esperanza de que rehabilite su decrépita industria petrolera es tan inmoral como una ilusión», comentó.
Halvorssen añadió que Maduro dirige el país como su propia empresa criminal y enfrenta cargos en Estados Unidos. «¿La gente que pide el fin de las sanciones al país quiere que se retiren estos cargos? Incluso si esto es factible, el régimen, por su propia naturaleza, ha demostrado que es un gerente y socio comercial irresponsable, difícilmente un candidato para restaurar la industria petrolera de Venezuela”, dijo.
Por último, afirmó que no hay buenas alternativas cuando se trata de dictadores como este y subrayó que el mundo democrático debe tener una visión clara de lo que espera lograr con las sanciones. «Necesitamos asegurarnos de que los autócratas paguen un precio por violar los derechos humanos. Abandonar este tipo de presión solo conducirá a la impunidad”, concluyó.