En un sorprendente anuncio, Turquía se mostró en contra de que tanto Suecia como Finlandia se unan a la OTAN para frenar el avance y la amenaza de Rusia. El jefe de estado turco Recep Tayyip Erdogan ha declarado este viernes que su país no tiene una “opinión positiva” sobre el ingreso de ambas democracias al bloque de defensa militar y ha acusado a los países escandinavos de acoger a militantes kurdos proscritos.
“No tenemos una opinión positiva. Los países escandinavos son como una casa de huéspedes para las organizaciones terroristas”, dijo Erdogan a los periodistas después de las oraciones del viernes en Estambul.
El plan de Finlandia de solicitar el ingreso en la OTAN, anunciado el jueves, y la expectativa de que Suecia siga sus pasos, provocaría la expansión de la alianza militar occidental que el presidente ruso Vladimir Putin pretendía impedir.
Erdogan citó la preocupación por las actividades en ambos países de los partidarios de los militantes kurdos separatistas que llevan décadas luchando por la autonomía en el sureste de Turquía.
Cualquier ampliación de la OTAN requiere la aprobación unánime de los miembros de la alianza. Turquía es miembro de la OTAN desde 1952.
Rusia lanzó su ofensiva en Ucrania en protesta contra una posible expansión de la OTAN hacia sus fronteras, pero parece haber conseguido el efecto contrario, al empujar hacia la adhesión a Finlandia y Suecia, que reforzarían la disuasión de la Alianza.
Esto representa una pequeña revolución en estos países nórdicos. Durante décadas, la mayoría de suecos y finlandeses abogaban por una política de no alineamiento militar. La invasión en Ucrania cambió esta tendencia en sus opiniones públicas. Ambos países parecen ahora dispuestos a dar el paso para intentar disuadir a Rusia, lo que constituiría la ampliación más importante de la OTAN desde la adhesión de los países bálticos en 2004.
La adhesión se justifica por el comportamiento beligerante de Moscú, asegura Michael Shurkin, analista político y antiguo miembro de los servicios secretos estadounidenses, la CIA.
Pese al “mal desempeño” del ejército ruso en Ucrania, “otra guerra contra uno de los vecinos de Rusia no es inverosímil, es una posibilidad real para la que estos vecinos y sus aliados deben prepararse”, asegura el experto.
A pesar de sus esfuerzos crecientes para contar con fuertes capacidades de defensa nacional, estos dos países neutrales estarían solos en caso de agresión rusa. Y Finlandia tiene más de 1.300 kilómetros de frontera común. Desde el punto de vista de Helsinki y Estocolmo, el principal atractivo es beneficiarse de la protección mutua de los aliados en caso de ataque en virtud del artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte.
Como Suecia, “Filandia obtendría la disuasión nuclear de la OTAN” al situarse bajo el paraguas de Estados Unidos, “algo que no podría conseguir sola”, apunta Charly Salonius-Pasternak, experto del Instituto Finlandés de Relaciones Internacionales.
Ambos países nórdicos, miembros de la Unión Europea (UE), cooperan con la OTAN desde 1994 en el marco del programa de la Asociación para la Paz. También participaron en maniobras conjuntas y en algunas operaciones de la OTAN como Afganistán o los Balcanes.