Washington «trabaja para aclarar la posición de Turquía» después de que el presidente Recep Tayyip Erdogan amenazara con bloquear la entrada de Finlandia y Suecia en la OTAN, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.
Una futura adhesión de estos dos países recibió un «amplio apoyo» de otros miembros de la Alianza Atlántica, subrayó.
Finlandia y Suecia solo pueden ser admitidas en la OTAN si reciben el apoyo de la totalidad de los miembros actuales de la alianza.
El anuncio del presidente turco ha enfriado este proceso, que cuenta con el apoyo de la mayoría de los miembros de la OTAN, incluido Estados Unidos, y de su secretario general, Jens Stoltenberg, quien se mostró dispuesto a recibir la dos países nórdicos «con los brazos abiertos».
Estados Unidos busca «comprender mejor la posición de Turquía», dijo por su parte el portavoz del Pentágono, John Kirby, para quien Ankara es «un aliado valioso de la OTAN».
Turquía «ha estado involucrada y ha sido efectiva en tratar de establecer un diálogo entre Rusia y Ucrania, y ha brindado asistencia a Ucrania», agregó. «Así que nada cambia en cuanto a su posición en la alianza de la OTAN».
Recep Tayyip Erdogan dijo que no quiere que se reproduzca «el mismo error cometido cuando se unió Grecia», un vecino con el que Turquía históricamente ha tenido relaciones complicadas.
También acusó a los dos países nórdicos de servir de «albergue para terroristas del PKK», el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, que Ankara considera una organización terrorista, aunque también la Unión Europea y Estados Unidos.
Para algunos analistas, Turquía podría buscar aprovechar una ventaja táctica para obtener una contrapartida de los miembros de la Alianza.
Ankara desea adquirir aviones de combate F-16 estadounidenses, así como los repuestos necesarios para el mantenimiento y la modernización de los F-16 que ya tiene.
El país originalmente ordenó y pagó 1.400 millones de dólares por un pedido de aviones de combate furtivos F-35, que nunca se entregaron.
Todo el contrato fue congelado por Estados Unidos en 2019 tras la compra por parte de Turquía del sistema antimisiles ruso S-400, percibido como una amenaza para el F-35. Washington excluyó entonces a Turquía de este programa militar avanzado.
AFP.