Gane quien gane el polarizado balotaje presidencial del domingo entre el izquierdista Pedro Castillo y la derechista Keiko Fujimori, Perú seguirá manteniendo un perfil conservador con el rechazo a legislar sobre aborto, matrimonio homosexual e identidad de género.
En lo único que coinciden ambos candidatos -ideológicamente en las antípodas-, es en la defensa de la «familia tradicional» recurriendo incluso a referencias bíblicas.
«Lo religioso no divide a seguidores de Fujimori ni de Castillo, todos son conservadores como es el pueblo peruano en el fondo», dice a la AFP el analista Luis Pásara.
Ese enfoque sintoniza con buena parte de la sociedad peruana, que tiene enraizados valores por su formación católica y que rechaza reconocer derechos a las minorías.
«El rechazo al aborto, a las bodas gay son mayoritarios en el Perú, en ese punto no tienen por qué pelearse los candidatos», agrega Pásara, investigador en temas religiosos.
Fujimori es católica, igual que Castillo, cuya esposa es evangélica. «No hay pelea política entre ellos por estos temas», apostilla Pásara.
– «Voto crítico» –
Aunque la hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori defiende el libre mercado y el maestro de escuela rural aboga por un papel económico activo del Estado, ambos tienen más coincidencias que diferencias en los temas que forman parte de la agenda del siglo XXI en muchos países.
Ambos son antiaborto, defienden la noción de familia tradicional -conformada por un hombre y una mujer-, y no dan importancia a los derechos de la comunidad LGBTI.
Los dos se oponen además a legalizar la marihuana y la eutanasia.
A ello se suma el cuestionamiento del enfoque de género en la educación sexual en las escuelas, un tema contra el que las Iglesias católica y evangélica hacen causa común en Perú.
«Es lamentable que no haya en segunda vuelta un candidato que recoja la lucha por la comunidad LGBTI, pero yo voto por el señor Castillo», dice a la AFP la activista trans Gahela Cari, que considera al izquierdista como «el mal menor».
«Es un voto crítico, porque a pesar de su machismo y de su tremenda ignorancia sobre estos temas, por lo menos hay posibilidad de pelear por las reformas».
«Ahora la única opción es cerrarle el paso al fujimorismo, porque ellos son los que han obstaculizado la lucha por conseguir derechos», agrega la activista, quien apoyaba en la primera vuelta electoral a la candidata izquierdista Verónika Mendoza.
– Citas bíblicas –
«Voy a defender siempre la vida, desde la concepción hasta la muerte natural», dijo a la radio RPP Fujimori al expresar su rechazo al aborto.
Ella está en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo, aunque admite que se debería reconocerles derechos patrimoniales.
De su lado Castillo llama a «defender a la familia en la escuela. Pensar en otra cosa es quebrar a la familia».
El profesor, que al igual que su rival, en ocasiones cita pasajes de la Biblia, ha expresado en varias entrevistas su rechazo a legalizar el aborto, el matrimonio igualitario y la eutanasia.
«Para nada legalizaría el aborto y peor todavía el matrimonio igualitario», dijo a la radio RPP en abril.
«A mí me han inculcado valores y me han enseñado a cortarme las uñas, eso lo vamos a trasladar al pueblo», remató.
– «Cuestión de salud pública» –
«Lo religioso opera como factor de movilización social en Perú, pero no en torno a temas religiosos», resume Pásara sobre las manifestaciones del colectivo «Con mis hijos no te metas», donde convergen católicos y evangélicos en rechazo al aborto, bodas gay y enfoque de género.
La identidad de género forma parte del currículum escolar peruano desde hace un quinquenio pese a las protestas de las iglesias, que alegan destruye a la familia.
En Perú, la religión católica es mayoritaria con más de un 80% de fieles, secundada por la evangélica con 15% en un país con 33 millones de habitantes.
«Nos preocupa el desinterés y desconocimiento del enfoque de género de ambos candidatos. No tienen como prioridad los derechos de las mujeres y mucho menos de la población LGBTI» dijo Liz Meléndez, directora de la organización feminista Flora Tristán.
Para ese grupo «la legalización del aborto es una cuestión de salud pública» en un país donde cada año se practican unos 370.000 abortos clandestinos, según estimaciones de colectivos de la sociedad civil. La ley solo admite el aborto terapéutico, cuando peligra la vida de la madre.
«Aborto legal, seguro y gratuito para no morir», reclama Flora Tristán.
Con información de AFP