Annie Farmer, una de las supuestas víctimas de tráfico y abusos sexuales del multimillonario Jeffrey Epstein y su expareja y amiga Ghislaine Maxwell, acusó a esta última el viernes de haberle acariciado los senos durante un masaje.
Farmer, que en la época de los hechos tenía 16 años, es la única de las cuatro denunciantes que ha testificado con su nombre real en el juicio que tiene lugar desde hace dos semanas en un tribunal de Manhattan, contra Maxwell, sentada en el banquillo por captar menores para satisfacción sexual de Epstein, que se suicidó mientras aguardaba juicio en la cárcel por los mismos hechos.
La «socialite» británica de 59 años se ha declarado no culpable de los seis cargos que pesan sobre ella.
Farmer, que ahora tiene 42 años, contó que conoció a Epstein en un viaje a Nueva York para visitar a su hermana María que trabajaba para Epstein.
Epstein, dijo, le compró un billete de avión para que visitara a su hermana en Manhattan en diciembre de 1995 y quería ayudarla con sus estudios.
Aseguró que lo vio en dos ocasiones. La primera vez, en su casa de Manhattan. «Parecía muy agradable y con los pies en la tierra», recordó.
Junto con su hermana, los tres tomaron champán y después se fueron a ver el «Fantasma de la Ópera». Después fueron al cine y ahí el multimillonario empezó a «acariciarle» la mano, un pie y una pierna, contó.
«Me puse muy nerviosa», dijo. «Me dolía el estómago», pero no le dijo nada a su hermana porque temía por su trabajo.
En abril del año siguiente, la invitaron a ir al rancho que Epstein tenía en Nuevo México para pasar unos día con él y Maxwell.
Aseguró que «no quería estar sola con él» pero pensó que como Maxwell era su pareja, no volvería a hacer lo que hizo.
Estar con ellos «me hacía sentirme especial», confesó. Después, el esquema se volvió a repetir según lo que han relatado otras víctimas: fueron de compras con Maxwell.
– «Helada» –
También fueron al cine con Epstein y él empezó a acariciarla de nuevo. Esa vez fue «descarado» y «durante toda la película».
Después, Maxwell le pidió que le diera a Epstein un masaje. «Me sentí muy incómoda», aseguró.
Más tarde, la «socialite» le dijo que «le encantaría darme un masaje».
Solo cubierta por una sábana en la camilla de masajes, Maxwell la retiró y empezó a acariciarle los senos. «Me quedé helada. Lo único que quería era bajarme de la camilla».
Según Farmer, Epstein no estaba presente pero la puerta estaba abierta y «tenía la sensación de que me estaba viendo».
Al día siguiente, aseguró, el multimillonario se metió en su cama y ella se encerró en el baño esperando a que se marchara. «Lo único que quería es que se acabara el fin de semana», dijo.
Farmer recibió 1,5 millones de dólares del fondo de víctimas de Epstein por lo que su presencia en el juicio no está motivada por dinero, aseguró.
Otras testigos que han pasado por la sala del tribunal aseguraron que tenían 14 años cuando supuestamente Maxwell empezó a captarlas para que le dieran masajes a Epstein, que luego terminaron en relaciones sexuales.
La testigo «Carolyn» dijo que había visitado la casa de Epstein en Palm Beach (Florida) más de cien veces entre los 14 y 18 años.
Maxwell, hija del que fuera magnate de la prensa británica Robert Maxwell, se enfrenta a una condena perpetua si el jurado la halla culpable de los cargos que se le acusan.
AFP