Una creciente ola de violencia se desata en la frontera norte de México y tiene a las autoridades alarmadas y en permanente vigilancia para evitar pérdidas humanas, conflictos y otro tipo de delincuencias.
La vigilancia y el estado de alarma por parte de las autoridades inició por la masacre que dejó al menos cuatro muertos en el estado de Sonora y que se le sumó a otros incidentes del mismo tipo.
La organización 1800Migrante denunció esta semana ante la Fiscalía de Sonora, estado fronterizo con Arizona (EE.UU.), que hubo otro ataque contra al menos 14 migrantes que dejó tres muertos oficiales en el municipio de Sáric.
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Por su parte, los Médicos Sin Fronteras (MSF) aseguraron que la semana pasada hubo un alza del 70 % en los casos de violencia sexual en el último trimestre contra migrantes en Reynosa y Matamoros, principales cruces en el noreste de México.
Mientras tanto, la organización Alto al Secuestro advirtió que una de cada tres personas secuestradas en México en 2023 era migrante.