Amnistía Internacional pidió a las autoridades rusas que pongan fin de inmediato a sus ataques contra la libertad académica y el derecho a la libertad de expresión en el marco de una campaña en escuelas y universidades que busca limitar las opiniones disidentes sobre la invasión rusa de Ucrania.
“Las organizaciones de la sociedad civil rusa, que en su mayoría se oponen a la invasión rusa de Ucrania, no son las únicas víctimas de la represión interna de las actividades contra la guerra. Las libertades académicas también están siendo eliminadas”, señaló el director interino para Europa del Este y Asia Central, Bruce Millar.
Así, indicó que Amnistía Internacional tiene información sobre profesores que han sido despedidos por sus comentarios en contra de la guerra, así como niños y jóvenes que se ven obligados a participar en actividades probélicas “que impulsan la narrativa del Kremlin”.
Asimismo, la organización indicó en un comunicado que maestros de escuela y profesores universitarios se enfrentan a duras represalias por hablar en contra de la guerra en Ucrania, e incluso algunos han sido encarcelados en arresto administrativo o han tenido que pagar multas por expresar sus opiniones en público.
La
organización precisó que los escolares también han sido objeto de propaganda de guerra, como la normativa de llamar a la invasión rusa “operación militar especial” y no “guerra”, o las implicaciones de las sanciones contra Moscú.
En su comunicado, AI recoge que el 20 de abril, el ministro de Educación uso, Sergei Kravtsov, anunció que, a partir del 1 de septiembre, todas las escuelas rusas impartirán lecciones sobre las metas y objetivos de la “operación especial de mantenimiento de la paz” en Ucrania.
Asimismo, según el diario ‘Kommersant’, el Kremlin “recomendó encarecidamente” que las instituciones educativas instalen el símbolo de la Z, que demuestra el apoyo a la guerra rusa en Ucrania, en las fachadas de los edificios y en las aulas.