Dos hombres intercambian miradas de deseo y se percibe entre ellos una tensión sexual en una relación que nunca se hará explícita. El fenómeno chino de «Amor de chicos» ha atrapado a los espectadores de vídeo en streaming, logrando eludir la censura de temas LGBTQ con su sutileza.
El género rosa empezó a hacerse popular en 2018, cuando las adaptaciones de novelas electrónicas sobre parejas del mismo sexo, conocidas como «dangaiju», tenían cada vez espectadores en los servicios a la carta, catapultando a sus actores a la fama.
En «Palabra de Honor», una sensacional aventura de la plataforma de vídeo Youku, dos bellos héroes de artes marciales desarrollan una relación estrecha, pero se refieren al otro como «hermano» pese a todo hace pensar que los protagonistas mantienen un romance.
Aunque China despenalizó la homosexualidad en 1997, el matrimonio de las personas del mismo sexo es ilegal y los asuntos de la comunidad LGTBQ un tema tabú.
De hecho, la presión se ha recrudecido contra esta comunidad con la censura de contenidos en la web y la prohibición de mostrar explícitamente romances entre gays en las películas.
Sin embargo, cientos de miles de personas se abalanzaron sobre las entradas para un concierto sobre el tema de Palabra de Honor en Suzhou, que se vendieron en segundos.
Desde que salió en febrero, la serie ha atraído a millones de espectadores, mientras la plataforma Tencent Video ha ganado 156 millones de yuanes (24,1 millones de dólares) por un show similar.
Para las hipercompetitivas plataformas de video en streaming en China, el cambio de las costumbres sociales significa una cosa: dinero.
«En la cultura pop, los creadores miran a las subculturas en busca de nuevas historias o material original», dice la conferenciante de la Universidad Liaoning Bai Meijiadai, experta en la cultura del ocio.
«El crecimiento del contenido del «amor de chicos» muestra que la industria de la pantalla es consciente del poder del consumo de las jóvenes». Y es que la mayoría de los espectadores, son mujeres.
Fuente AFP
– «Rompen el molde» –
La censura podría haber contribuido al fenómeno del vídeo.
Las autoridades persiguen la literatura «ilegal» en la web, censurando contenidos demasiado atrevidos para los lectores chinos. En 2018, un novelista fue condenado a 10 años de cárcel por escribir y vender libros «pornográficos».
«El contenido sexual (homosexual) en las novelas electrónicas se ha reducido desde que las autoridades iniciaron una limpieza en el ciberespacio y las plataformas introdujeron mecanismos de control», dice Bai.
Esto hace que los argumentos -muchos de fabulosas aventuras de época salpicadas con artes marciales – sean fáciles de adaptar para televisión, eso sí, retirando el contenido sexual explícito, dice la experta.
Actualmente hay unas 60 adaptaciones para la televisión.
Pero el género no suscita la unanimidad entre las comunidades queer en China.
«Rompen el molde de las relaciones heterosexuales que son la norma en la pantalla», dice un trabajador de la sociedad civil gay que dice llamarse Shuai.
«Pero no reflejan la lucha ni las dificultades de la comunidad LGBT».
Una vez que los actores alcanzan la fama, también evitan que se les identifique con los gays para mantener su popularidad, agrega.
– Atraer a las mujeres –
Estas adaptaciones televisivas atraen principalmente a mujeres.
La trabajadora en comercio en línea, que dice llamarse Xu, asegura que «amor de chicos» le permite evadirse de los problemas, a diferencia de otros programas de televisión en China, que transmiten un aluvión de estereotipos sobre los roles de género de la mujer.
«Me distraen y me relajan», justifica esta joven de 29 años.
Los actores, que suelen ser guapísimos y con cara un poco aniñada, se han convertido en la fantasía preferida del ideal amoroso.
Cada vez más gente está escribiendo historias de «amor de chicos» para la web con la esperanza de que lleguen a ser adaptadas para televisión.
Aunque la mayoría hacen esto para ganarse un dinero extra, «los escritores de éxito pueden ganar más de 10.000 yuanes al mes mediante suscripciones y premios de los lectores», dice la editora de novelas que dice llamarse Chu.
Se han llegado a pagar 40 millones de yuanes por los derechos de una novela del género, según la publicación oficial Banyuetan.
Los expertos aseguran que el género podría ser útil para las ambiciones chinas de poder blando.
El país carece de un producto de entretenimiento que pueda competir con la industria del ramo de Corea del Sur o la animación y los manga de Japón.
Las artes marciales y los dramas de época son «aspectos realmente vendibles de China», dice Derek Hird, especialista en estudios chinos de la Universidad Lancaster.
Aunque hay tensión entre la exploración del género y el «miedo a la crisis de masculinidad», precisa.
En enero, el ministerio de Educación de China abogó por mejorar la educación física y «cuidar más el culto» a la masculinidad.