Se acerca el adiós definitivo a Isabel II, y miles de personas esperaban este domingo visitar su capilla ardiente, otras se apostaban en el recorrido del funeral, y dirigentes del mundo entero llegaban a Londres para asistir a las exequias.
Según los cálculos del gobierno, los ciudadanos que esperan presentar sus respetos al féretro de la reina afrontan 13 horas de espera para acceder a Westminster Hall, aunque lo harán bajo un día radiante en la capital británica.
Teniendo en cuenta la magnitud de la fila y de la espera, y que la capilla ardiente tiene que cerrar a las 06H30 (05H30) del lunes, el gobierno pidió que la gente no se desplace para unirse «para evitar una decepción», y se espera que, por la tarde, se impida el acceso a la cola.
El impacto y trascendencia de la monarca que más tiempo reinó su país, siete décadas, se pone de manifiesto en la lista de asistentes a unas exequias como no se veían en Londres desde la muerte, en 1965, de Winston Churchill, que lideró al país durante la Segunda Guerra Mundial.
Su nuera, la reina consorte Camila, destacó que Isabel II fue «una mujer solitaria» en un mundo de hombres, en un mensaje que dirigirá a la nación poco antes de un minuto de silencio a las 20H00 (19H00 GMT), y del que se difundió un extracto.
«No había mujeres primeras ministras ni presidentas. Ella era la única, así que creo que se forjó su propio papel», afirma la esposa del rey, que nunca olvidará, según afirmó, los «maravillosos ojos azules» de la reina fallecida a los 96 años.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el de Francia, Emmanuel Macron, el de Brasil, Jair Bolsonaro, los monarcas de España, Suecia, Noruega, Luxemburgo, Mónaco, Bélgica u Holanda, o el emperador japonés Naruhito, asistirán al funeral de Estado en la Abadía de Westminster.
Algunos ya están en la capital británica, como Biden, llegado en la noche junto a su esposa Jill, o el primer ministro canadiense Justin Trudeau, que se reunió el sábado con el rey Carlos III y otros representantes de la Commonwealth.
La concentración de tantos mandatarios, y el funeral en general, suponen un reto de seguridad «mayor que los Juegos Olímpicos de 2012», dijo a la prensa el subcomisario adjunto de Scotland Yard, Stuart Cundy.
Los dirigentes participarán por la tarde en una recepción ofrecida por Carlos III en el Palacio de Buckingham.
En ella probablemente coincidirán Felipe VI de España y su padre, Juan Carlos I, una estampa inédita desde que este se instaló en los Emiratos Árabes Unidos en 2020 tras trascender que se estaba investigando el origen de su fortuna.
– Ya «asistí al funeral de Lady Di» –
Los funerales del lunes arrancarán con el traslado del féretro de la reina desde la capilla ardiente instalada en el Parlamento británico, en la sala Westminster, a la cercana abadía del mismo nombre.
A las 11H00 (10H00 GMT) empezará el servicio fúnebre oficiado por el deán de Westminster, David Hoyle, y con un sermón de Justin Welby, líder espiritual de la Iglesia Anglicana, de la que el rey de Inglaterra es cabeza desde la ruptura de Enrique VIII con Roma en el siglo XVI.
Tras el servicio, el féretro de Isabel II recorrerá en un afuste tirado por marineros las calles de Londres hasta el arco de Wellington, en Hyde Park Corner, en un cortejo en el que se esperan un millón de personas.
Desde allí saldrá en coche hasta el castillo de Windsor, a unos 30 kilómetros, donde tendrá lugar un nuevo servicio fúnebre, más familiar, y su entierro, ya en privado.
Desde el sábado, 48 horas antes del cortejo, las primeras personas empezaron a apostarse en las calles del recorrido.
Como Fiona Ogilvie, de 54 años, que sirvió en la RAF (fuerza aérea), que aguardaba cerca de la abadía.
«Cuando te unes a la RAF prometes lealtad a la reina y es algo que se queda contigo», explicó a la AFP, ensalzando a Isabel II como alguien que «nunca rehuyó su deber».
«La noche ha sido fría pero vale la pena», explicó Carole Budd, una profesora de escuela de 65 años, situada también cerca de Westminster.
«Asistí al funeral de Lady Di cuando era adolescente, justo delante de la Abadía de Westminster, y el ambiente era increíble», recordó Magdalena Staples, de 38 años y acampada en la plaza Parliament, en referencia a la despedida de la primera esposa de Carlos III.
La Abadía de Westminster tiene capacidad para 2.200 personas. Por parte británica, estarán presentes la familia real, la primera ministra Liz Truss, antiguos primeros ministros y otras personalidades.
También asistirán unas 200 personas condecoradas por la reina en junio de este año, entre las que se encuentra el personal sanitario que participó en la respuesta a la pandemia de covid-19.
AFP.