Los científicos David Julius y Ardem Patapoutian ganaron este 4 de octubre el Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2021. Los dos investigadores son galardonados por sus descubrimientos sobre receptores para la temperatura y el tacto, según informó la Asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Estocolmo. En los próximos días serán anunciados los premios Nobel de Física, Química, Literatura, la Paz y finalmente el de Economía, el lunes 11 de octubre.
El Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2021 reconoce los hallazgos sobre la temperatura y los receptores táctiles.
El jurado del Instituto Karolinska de Estocolmo, Suecia, galardonó a los científicos estadounidenses, David Julius y Ardem Patapoutian, tras sus descubrimientos sobre la forma en que el sistema nervioso percibe la temperatura y el tacto, información vital para la superviviencia y la interacción humana con el mundo que la rodea.
Julius, de 65 años, utilizó capsaicina, el componente activo de los chiles, para identificar los sensores nerviosos que permiten que la piel responda al calor.
#UPDATE US scientists David Julius and Ardem Patapoutian on Monday won the #Nobel Medicine Prize for discoveries on receptors for temperature and touch, the jury said https://t.co/9UYIlgbCLR #NobelPrize #nobelprize2021 pic.twitter.com/lGzWAfQbnc
— AFP News Agency (@AFP) October 4, 2021
Por su parte, Patapoutian, de origen libanés y armenio, empleó células sensibles a la presión, con lo que descubrió una nueva clase de sensores que responden a la estimulación mecánica en la piel y los órganos internos.
«Esto realmente revela uno de los secretos de la naturaleza (…) En realidad, es algo que es crucial para nuestra supervivencia, por lo que es un descubrimiento muy importante y profundo», aseguró Patrik Ernfors, miembro del Comité Nobel.
Los beneficios que traerían los hallazgos de Julius y Patapoutian
Más allá de la importancia conceptual para entender cómo el cuerpo puede percibir los cambios de temperatura o la presión, los expertos resaltan que su investigación muestra potenciales beneficios para la medicina, pues podrían allanar el camino para nuevos analgésicos.
Sus hallazgos arrojan información sobre cómo reducir el dolor crónico relacionado con distintas enfermedades. Entre ellas la artritis, un padecimiento asociado a la inflamación de las articulaciones.
En este sentido, varios laboratorios farmacéuticos adelantan investigaciones para identificar moléculas que actúen sobre los receptores de dolor y poder tratarlos.
“Es uno de esos hallazgos en los que resulta difícil intuir todo el alcance que puede llegar a tener en cuanto a aplicaciones, aunque ya se esté trabajando en algunas, como la gestión del dolor crónico y el control de la presión arterial”, subrayó Óscar Marín, director del Centro de Trastornos del Neurodesarrollo del King’s College de Londres.