Járkov, la segunda ciudad más importante de Ucrania, sufrió el sábado múltiples bombardeos de las tropas rusas, aunque el presidente ucraniano Volodimir Zelenski aseguró que las fuerzas de su país han logrado «éxitos tácticos» en la región.
Ucrania mantiene el control de Járkov, pero la ciudad ha sido bombardeada reiteradamente por las fuerzas de Moscú y sufre ataques diarios.
Una persona murió y cinco resultaron heridas «como resultado de la artillería enemiga y ataques de mortero», indicó en Telegram la administración militar regional de Járkov.
«La situación en la región de Járkov es dura, pero nuestras fuerzas armadas, nuestra inteligencia, han tenido importantes éxitos tácticos», declaró Zelenski en su último mensaje por televisión.
Las fuerzas ucranianas aseguran que recapturaron un poblado «importante estratégicamente» cerca de Járkov: Ruska Lozova, y evacuaron a centenares de civiles.
«Fueron dos meses viviendo bajo un miedo horrible. Nada más que un miedo terrible y persistente», contó a la AFP Natalia, una joven evacuada de 28 años.
Un hombre de 40 años que pidió ser identificado solamente con su nombre de pila, Svyatoslav, contó que estuvo en un sótano sin comida, alimentándose de lo que encontrara, durante dos meses.
Rusia confirmó el viernes que realizó un ataque aéreo contra Kiev durante la visita del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, el primer ataque a la capital ucraniana en casi dos semanas, en el cual murió una periodista.
Zelenski pidió una respuesta global más firme a los ataques del jueves, ocurridos después de su reunión con Guterres.
«Es desafortunado, pero una humillación tan deliberada y brutal a Naciones Unidas por parte de Rusia no ha tenido respuesta», reclamó.
Guterres también visitó Bucha y otros suburbios de Kiev donde Rusia fue acusada de cometer crímenes de guerra, aunque Moscú niega matar civiles.
El ministerio ruso de Defensa dijo que había lanzado «armas aéreas de largo alcance y alta precisión» que «destruyeron edificios donde producen misiles Artyom en Kiev».
El poderoso estallido del jueves arrasó paredes y pisos, dejando pilas de escombros.
«Creo que los rusos no le temen a nada, ni siquiera al juicio del resto del mundo», declaró a AFP Anna Hromovich, subdirectora de una clínica que quedó seriamente dañada, que el viernes limpiaba todavía la devastación sembrada por las bombas.
El presidente ruso, Vladimir Putin, tiene previsto asistir a la cumbre del G20 en noviembre, dijo el presidente de Indonesia, país sede, Joko Wikodo. Sin embargo, el mandatario informó que también invitó a Zelenski, cuyo país no forma parte del grupo de las 20 economías más avanzadas.
– La «depravación» de Putin –
Fiscales ucranianos dijeron que identificaron más de 8.000 crímenes de guerra y que investigan a 10 soldados rusos por sospechas de haber cometido atrocidades en Bucha, donde fueron encontrados decenas de cuerpos con ropa de civil tras el retiro de las tropas rusas.
El portavoz del Pentágono, John Kirby, describió la destrucción en Ucrania el viernes y fustigó lo que llamó la «depravación» de Putin.
Más de dos meses después del inicio de la invasión, tras el fracaso del objetivo inicial de capturar Kiev, Rusia ahora intensifica sus operaciones en la región oriental de Donbás y fortalece su control sobre la devastada ciudad portuaria de Mariúpol, en el sur.
Las autoridades ucranianas dijeron que querían evacuar civiles el viernes de la asediada planta de acero Azovstal, último bastión en Mariúpol donde hay cientos de civiles junto a los últimos soldados ucranianos.
Pero Denis Pushilin, líder de la región separatista de Donetsk, acusó a las fuerzas ucranianas de «actuar como terroristas» al retener supuestamente a civiles en la planta de acero.
En la maltrecha zona portuaria de Kiev, AFP escuchó el viernes el intenso bombardeo desde Azovstal, durante una gira de prensa organizada por el ejército ruso.
– Magros avances –
En los últimos días Kiev ha reconocido que las fuerzas rusas han capturado varias pequeñas localidades del Donbás.
Pero las fuerzas ucranianas, armadas por los países occidentales, también reportaron pequeñas victorias en la línea de frente.
Un alto cargo de la OTAN dijo que Rusia solo ha tenido avances «menores» e «irregulares» en su intento de rodear las posiciones enemigas ante el contraataque de las fuerzas ucranianas.
El Pentágono dijo que los rusos «se han quedado atrás de lo que esperaban lograr en el Donbás», porque los ataques aéreos no han logrado allanar avances terrestres.
Por su parte, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, aseguró que la ofensiva de su país «se está desarrollando en estricta conformidad con el plan».
En una entrevista publicada el sábado por la agencia oficial china Xinhua, Lavrov también llamó a la OTAN a dejar de enviar armas a Kiev «si (…) realmente están interesados en resolver la crisis ucraniana».
Ucrania espera recibir más armas prometidas por los países occidentales y esta semana el presidente estadounidense Joe Biden pidió miles de millones de dólares al Congreso para aumentar el suministro bélico.
– «Nos iremos» –
En Járkov, el miedo azota a los civiles.
Antonina, una residente de la ciudad, contó a AFP que llegó a su casa y encontró que un cohete había caído en su edificio y que quedó incrustado en su baño.
«Cuando llegué a casa, todo estaba destruido (…) Fue aterrador», contó.
Los temores de que el conflicto se propague por la región llegaron a la zona separatista prorrusa de Transnistria, en Moldavia, después de que esta semana se reportaron explosiones y disparos.
«No sé qué hacer, nunca he vivido una situación así», comentó Victoria, una auxiliar médica de 36 años que trabaja en Transnistria.
«Si las cosas cambian nos iremos, obviamente», dijo a AFP.
La guerra ha obligado a huir de Ucrania a 5,4 millones de personas y otras 7,7 fueron desplazadas internamente desde el inicio de la invasión, según estimaciones de la ONU.
AFP