Hoy, el cuarto jueves de noviembre, se celebra el Día de Acción de Gracias, o Thanksgiving, en Estados Unidos, una fecha de regocijo familiar de origen religioso concebida hace cuatro siglos que ahora es tradicional en el país.
La tradición dice que los primeros colonizadores, que huían de las guerras religiosas en Europa, decidieron en 1621 dar gracias a Dios por una buena cosecha después de años de penurias.
El Día de Acción de Gracias es quizás el feriado más importante y reverenciado para los estadounidenses, incluso más que el día de Navidad, y ha quedado como una marca de identidad adoptada por generaciones e inmigrantes.
Las familias acostumbran a cenar un pavo y otros manjares tradicionales de la fecha, como la salsa de arándanos, maíz, pastel de manzana, entre otros.
Es un feriado de mucha actividad de viajes porque muchas personas consideran indispensable reunirse con sus familiares. También es la antesala de la temporada de festividades de Navidad y de las compras relacionadas, que comienzan al día siguiente en el llamado Viernes Negro.
En pueblos y ciudades en todo Estados Unidos, el Día de Acción de Gracias se celebra con desfiles, actos de caridad y las tradicionales cenas, y el presidente perdona a dos pavos en la Casa Blanca.
Es un día en que también se refleja el amor por el prójimo. Empresas grandes y pequeñas regalan pavos a sus empleados y se organizan comedores para ofrecer cenas a los más pobres, a los desposeídos y los desamparados. Presidentes, políticos, figuras del espectáculo y los deportes donan parte de su tiempo para servir unas horas en este tipo de actividades.
Este año se espera un gran movimiento en los aeropuertos y las carreteras, después que en 2020 las actividades se vieron restringidas por los confinamientos para impedir la propagación del COVID-19.
Voz de América