Si continúan las tensiones entre Rusia y Ucrania, pudiera darse en Ucrania un conflicto de gran escala en Europa que sería el primero de ese calibre desde 1945, alertó Hugo Achá, experto en temas de seguridad y terrorismo.
Achá, en entrevista en el programa Dígalo Aquí con José Pernalete, señaló que generalmente ese tipo de conflictos se dan y escapan al espacio continental, para luego proyectarse globalmente.
En comparación con los años 30, el experto resaltó que hoy en día hay cuestiones que han cambiado cómo se negocia. «El tema de que no hay negociación entre tú y yo si no estamos nosotros. Es decir, que dos Estados no pueden decidir condiciones inherentes a un tercero si ese tercero no está presente», comentó.
A su juicio, esto haría imposible una reunión con Ucrania sin los ucranianos, algo que el Kremlin quiere descartar; y hace que este tipo de crisis sea un poco más manejable, pero el «problema fundamental» es cuando militares de escala masiva se colocan en proximidad de riesgo.
Para Achá es muy posible que los niveles de decisión estratégica como presidencias, cancillerías, comandos centrales y las fuerzas armadas empiezan a perder relevancia contra quien tiene control en el terreno, y en el terreno a nivel táctico, «es mucho más fácil que los comandantes de unidades locales puedan cometer errores al interpretar órdenes o ser ineficientes y precipitar conflictos a gran escala.
Hegemón global
Estados Unidos es un hegemón global, una potencia dominante y China intenta restarle este poderío. Según Hugo Achá el país norteamericano ha dejado muy claras sus posiciones en relación a Taiwán ya que está dispuesto a tomar unas «posturas altamente riesgosas».
En opinión de Achá, existen otros actores que complican la ecuación porque también requieren de la atención de los Estados Unidos.
En Asia está Corea del Norte; en oriente la República Islámica de Irán; está definida como un agente de influencia de ha sabido proyectar su capacidad a una escala global y finalmente está una Federación Rusa. Hugo Achá considera que intenta reposicionar a Rusia en la misma dimensión de la Unión Soviética, o el antiguo imperio zarista.
Estados Unidos no está en su mejor hora por la forma por la manera en la que ejecutó la salida de las tropas de Afganistán, y cuando anteriores entidades políticas han sido percibidas como en una etapa de debilidad, han motivado el reto de sus competidores. El problema de esas situaciones, cómo se dio en 1914 o en 1939, es que a veces inducen al error en los adversarios estratégicos.
En su momento, los adversarios centrales pensaron que la hegemonía británica estaba en una decadencia definitiva y que podían permitirse determinadas maniobras dentro del espacio europeo central y «terminamos en la Primera Guerra Mundial».
El experto contó que Hitler quedó en shock cuando las cancillerías británicas y francesas le comunicaron el inicio del estado de guerra entre Francia, Gran Bretaña y la Alemania Nacional Socialista. La historia cuenta que le reclamó muy airadamente a su ministro de Relaciones Exteriores, quien le habría asegurado que la fragilidad británica era tan grande que no acudiría al riesgo de una guerra como lo había hecho en 1938.