Desmantelar la red de túneles de la Franja de Gaza creada por Hamás es uno de los mayores desafíos del ejército israelí para privar al movimiento islamista palestino de todas sus «capacidades de acción».
«El infierno subterráneo», tituló esta semana el diario israelí Maariv. De acuerdo con el rotativo, «la complejidad» de esta red de pasadizos confronta a los militares israelíes a una «guerra tridimensional», convirtiéndolos en blancos de disparos que pueden proceder de los edificios cercanos, de drones y de debajo de la tierra.
A tal punto, que la red fue apodada por los militares como «el metro de Gaza» y pone en duda el resultado de la guerra desencadenada por el ataque sin precedentes lanzado por Hamás contra Israel el 7 de octubre, desde el territorio palestino de la Franja de Gaza.
Unas 1.400 personas han muerto en el lado israelí desde el 7 de octubre, en su mayoría civiles masacrados ese día por comandos de Hamás, según las últimas cifras de las autoridades israelíes, que han identificado a unos 230 rehenes secuestrados por Hamás y aún cautivos en Gaza.
En represalia, el ejército israelí bombardeó implacablemente la Franja de Gaza, como preludio de una posible gran ofensiva terrestre. Más de 7.700 palestinos, en su mayoría civiles, han muerto desde el inicio de estos bombardeos, según el Ministerio de Salud de Hamás, movimiento calificado de «organización terrorista» por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea.
Te puede interesar: Israel sigue atacando a Gaza tras bombardeos nocturnos sin precedentes
En un estudio publicado el 17 de octubre, el Instituto de Guerra Moderna de la Academia Militar Americana de West Point describe los túneles de Hamás como una «pesadilla subterránea» y habla de «una maldición que afronta el ejército israelí» para la cual «no existe una solución perfecta».
«La magnitud del desafío en Gaza, donde cientos de kilómetros de túneles subterráneos se cruzan en este enclave, es completamente única», escribe John Spencer, autor de este estudio.
«Es una auténtica ciudad subterránea», precisa y habla de 1.300 galerías en 500 kilómetros, bajo un territorio estrecho de 41 kilómetros de largo por una anchura que varía entre 6 y 12 kilómetros.
El problema que plantea este laberinto invisible se complica aún más por la presencia de 2,4 millones de habitantes de Gaza, calles estrechas y viviendas muy densas.
El sábado, el ejército israelí anunció que sus aviones de combate habían atacado durante la noche «150 objetivos subterráneos en el norte de Gaza, incluidos túneles utilizados por terroristas, sitios de combate y otras infraestructuras subterráneas».
AFP