El Cairo, con más de 20 millones de habitantes, es famoso por sus atascos monumentales y la contaminación atmosférica y además sufre una grave crisis de transportes colectivos que las «start-ups» quieren remediar.
Con unos autobuses contaminantes en pésimo estado y a menudo atestados de gente y solo tres líneas de metro, no parece que los transportes públicos sean capaces de superar el desafío.
Ni siquiera el sistema informal de minibuses, microbuses, mototaxis, taxis, vehículos con conductor y la multitud de coches individuales que circulan por la capital egipcia, sin que se pueda saber exactamente cuántos.
«El problema del tráfico en el Gran Cairo hace que la velocidad media no supere los 10km/h», explica a la AFP Osama Okail, profesor de la Universidad de El Cairo, especialista de la circulación.
Según el docente, el tiempo de los trayectos en El Cairo puede superar los 90 minutos, lo que supone más de una jornada entera en una semana de cinco días.
Los usuarios cairotas ya disponen de una multitud de aplicaciones sobre vehículos compartidos, informaciones sobre la circulación o servicios con conductor.
Pero ante el caos existente, cualquier innovación tecnológica es bienvenida. Muchas empresas emergentes -ganadoras de un reciente concurso de «start-ups» franco-egipcias – se han lanzado, cada una a su manera, al desafío.
– Cartografiar los transportes –
Entre los proyectos más ambiciosos, la empresa «Transport for Cairo» (TfC) ha iniciado una cartografía exhaustiva de los transportes de la ciudad.
«Al cartografiar las grandes ciudades y utilizar los datos para la planificación futura, esperamos un cambio para mejor», explica a la AFP Mohamed Hegazy, de 30 años, director y cofundador de TfC.
En el terreno, sus equipos censan todos los trayectos posibles, en todas las distancias.
Después se digitalizarán y se analizarán los datos para optimizar la circulación y «pensar en el fin último: descarbonizar todo el sector». «Todo debe ser eléctrico», dice Hegazy que reconoce que la «start-up», creada en 2015, está en sus albores.
«Trabajamos con las autoridades para cambiar el funcionamiento del sistema», asegura. El Banco Mundial y el ministerio de Transportes egipcio apoyan este proyecto que pretende planificar los transportes de El Cairo «en 10, 20 años».
Por su parte, Ocra Wallet, otra joven empresa emergente, se concentra en los 500 millones de libras egipcias (25 millones de euros, 30 millones de dólares) que circulan cada día en monedas.
Khalid Khaleel, el treintañero fundador de la «start-up» creada hace dos años, aspira a «digitalizar la pequeña moneda en Egipto para 2030».
«Trabajamos para que el pago de los transportes sea más fácil», asegura, máxime cuando el dinero en efectivo es «peligroso» porque puede ser vector de virus como el covid-19.
Ocra Wallet subvenciona el precio de los billetes para los usuarios vendiendo publicidad a las compañías de bus privadas.
– Toque innovador –
En el competitivo sector de compartir viajes, la «start-up» Tink reivindica su toque innovador.
«Hemos transformado el compartir viajes en encuentros sociales», dice a la AFP Adel al-Mahrouky, de 38 años, uno de sus fundadores.
La joven empresa trata de responder al desafío de limitar el número de vehículos en la calle, al utilizar un sistema de puntos canjeables por dinero o gasolina para incitar a los automovilistas a no hacer el trayecto solos.
En 2014, un informe del Banco Mundial estimaba que en Egipto se pierden al año 8.000 millones de dólares por los retrasos y el coste de los carburantes.
Según dicha institución, el coste de la contaminación del aire representaba en torno al 1% del PIB en 2013 y los atascos son la «principal fuente de contaminación procedente de los transportes».
Para desatascar la megalópolis, el Estado ha lanzado la construcción de una nueva capital administrativa al este de El Cairo. Y las autoridades construyen una red de puentes en la ciudad con el riesgo de poner en peligro su patrimonio arquitectónico.
Pero, según Okail, «la solución reside en [la mejora de los] transportes colectivos».
Fuente AFP