«Confinados» desde hace casi tres meses, los pingüinos papúa del acuario de Bergen, en Noruega, pronto volverán a algo parecido a la normalidad tras haber sido vacunados contra la gripe aviar, se anunció el jueves.
Sin problemas de entregas ni movimiento antivacunas constatado, las 29 aves recibieron su primera inyección según el protocolo: los más viejos y frágiles el miércoles y los más jóvenes este jueves.
Incluido «Erna», llamada así en honor a la primera ministra Erna Solberg, que en el pasado trabajo en el acuario, una de las atracciones turísticas de esta ciudad del oeste de Noruega de la que es oriunda la dirigente.
Desde principios de diciembre, los pingüinos viven en una tienda montada en lo alto de su recinto, después de que se detectara una forma altamente patógena de gripe aviar (H5N8), por primera vez en Noruega.
«Por ello, la Autoridad sanitaria de alimentos puso en marcha un toque de queda: todas las aves bajo control humano debían colocarse bajo un techo», explicó a la AFP el director del acuario, Aslak Sverdrup.
La llegada de la vacuna debería, no obstante, permitir una vuelta a la normalidad, en cuanto se haya inyectado la segunda dosis dentro de un mes.
Ninguno de los animales del acuario de Bergen ha padecido gripe aviar, de la que se han detectado unos cuantos casos de transmisión al ser humano, algo bastante inusual.